Era el verano del 69, y el Congreso estaba sintiendo el calor de quizás la mayor lucha interna de su era posterior a la independencia. La batalla fue entre la Primera Ministra Indira Gandhi y el SINDICATO (nombre dado a un poderoso grupo de altos líderes que controlaba la organización del Congreso). Los legisladores del Congreso tuvieron que tomar una gran decisión: elegir al nuevo presidente del país entre Neelam Sanjeeva Reddy y VV Giri.
Mientras que Neelam Sanjeeva Reddy fue la elección del Sindicato, un grupo que incluía a pesos pesados como S Nijalingappa, K Kamraj y Morarji Desai; VV Giri fue el candidato independiente, que contó con el apoyo no oficial de Indira Gandhi.
El Congreso, hasta esta coyuntura, no era propiedad de la familia Gandhi.
Sin embargo, lo que sucedió a continuación cambió el futuro del partido para siempre.
Si bien Neelam Sanjeeva Reddy era la clara favorita para el puesto de presidente, VV Giri, el vicepresidente en funciones, logró derrotarlo en una histórica batalla electoral.
¿Cómo y por qué ha ocurrido esto?
En 1967, los principales líderes del Congreso, también conocido como el sindicato, habían elegido a Indira Gandhi, una líder ingenua e inexperta para el puesto de Primer Ministro, asumiendo de antemano que se quedaría como jefa de estado y seguiría sus instrucciones en silencio. Esta es la razón por la que a Indira Gandhi se le dio el nombre de ‘Goongi Gudia’ (títere tonto) en sus primeros años como Primera Ministra.
Sin embargo, Goongi Gudia no tardó mucho en abrir la boca y mostrar signos de asertividad. Empezó a tomar decisiones, tan importantes como la nacionalización de los bancos, por su cuenta. Con esto, su popularidad aumentó entre las masas, algo que amenazó al sindicato hasta la médula.
Luego llegó el verano del 69.
El actual presidente Zakir Hussain falleció en el cargo, lo que hizo necesarias las elecciones para el jefe de jure de la nación.
El Sindicato, sin confiar en Indira Gandhi, declaró a la líder senior Neelam Sanjeeva Reddy como su elección para el puesto principal. Indira, en una situación catch-22, decidió respaldar discretamente a Giri, un candidato independiente.
Antes de las elecciones, la primera ministra Indira Gandhi pidió a los líderes de su partido que votaran con la voz de su conciencia (o Antar-atma ki awaaz), para elegir entre lo correcto o lo incorrecto para el futuro del país y del partido.
Como resultado, VV Giri derrotó a Reddy con un estrecho margen de menos de 15.000 votos.
Las elecciones resultaron ser la piedra angular para convertir al partido del Congreso en propiedad de la familia Gandhi.
¿Verano del 69 para repetir?
Después de más de 50 años de ese evento, hoy, los Gandhis y darbaris (un término usado para los leales a la familia) son el nuevo sindicato. Y no hay Indira Gandhi para luchar contra ellos.
Ha llegado una situación en la que la centralización del poder en manos de la familia Gandhi se considera la mayor debilidad del partido. La influencia es tal que solo podría ser necesaria una elección como líder principal del partido: Rahul Gandhi, su madre Sonia Gandhi y su hermana Priyanka Gandhi decidieron no sentarse en la silla principal. Todo iba bien hasta que un líder decidió disputar las elecciones en contra de la voluntad de los Gandhi.
Este líder, Sashi Tharoor, tres veces diputado y exburócrata, sabe discretamente que es casi imposible ganar esta batalla. Sin embargo, no ha mostrado signos de ser tímido.
El otro contendiente, Mallikarjun Kharge, un fiel leal a la familia Gandhi, confía en la victoria.
Para los expertos políticos, esta elección es solo un lavado de ojos. Presuponen que Kharge ganará. Para los gustos de este escritor (que desafortunadamente está de acuerdo con los expertos), el número de votos que obtendría Tharoor sigue siendo la mayor curiosidad.
¿Votarán los congresistas sobre Antar-atma ki awaaz?
Si bien todos en el partido asumen de antemano que Kharge (léase: Gandhis) ganará con una cómoda mayoría, también saben que hay un trasfondo contra los Gandhis. Varios incondicionales del partido se han ido o se han rebelado abiertamente contra la familia. El trabajador de tierra, deprimido, descontento e indefenso, quiere que la situación cambie.
Si bien no hay Indira Gandhi para encantar a los congresistas como en 1969, el antar-atma existe, y también existe su Awaaz: alto y claro.
¿Puede ocurrir el cambio? ¿Ocurrirá el cambio?
El autor es el único responsable del contenido del artículo.