por Aude Bandini, Jean-Philippe Drouin-Chartier, Pierre-Marie David y Rémi Rabasa-Lhoret, La conversación
El furor por los nuevos fármacos de la clase de análogos de GLP-1 (péptido similar al glucagón 1) y GIP (polipéptido inhibidor gástrico), más conocidos bajo los nombres comerciales Ozempic y Wegovy, es notable, pero no es totalmente inédito en la historia de los grandes éxitos farmacéuticos.
El volumen de recetas y el presupuesto asignado a ellas por los sistemas de seguro de salud públicos están en expansión, al igual que beneficios de las empresas que los fabrican.
Parte de la popularidad de estos fármacos se debe a las redes sociales, pero éstas no siempre son la mejor fuente de información sanitaria. Cuando se trata del tema de la pérdida de peso, entran en juego tanto la fantasía como los prejuicios, lo que va en detrimento del bienestar de todos, pero en particular de aquellos que ya están estigmatizados.
Como especialistas en filosofía de la medicina (Universidad de Montreal), nutrición y ciencia de la alimentación (Universidad Laval), sociología de la medicación (Universidad de Montreal) y endocrinología (Instituto de Investigaciones Clínicas de Montreal), creemos que es necesario dar un paso atrás y hacer un balance tanto de las promesas como de las limitaciones de estos nuevos tratamientos.
Lo mejor de ambos mundos
Los análogos de GLP-1/GIP se desarrollaron originalmente para regular la glucemia (niveles de azúcar en sangre) en personas con diabetes tipo 2, previniendo así las complicaciones asociadas con esta enfermedad. Cuando se realizaron estudios para evaluar su seguridad y eficacia, se descubrió que estos medicamentos también conducían a la pérdida de peso. Esto motivó nuevas investigaciones que demostraron que en dosis más altas, los medicamentos podrían conducir a una pérdida de peso. pérdida de peso muy significativadel 15 al 25% del peso inicial.
El modo de acción de estos fármacos sobre la regulación de la glucemia es claro: simulan las hormonas incretinas, que a su vez aumentan la secreción de insulina. La pérdida de peso, en cambio, sólo se explicó a posteriori: además del páncreas, estas moléculas actúan también sobre el cerebro, regulando la sensación de saciedad, e indirectamente sobre el estómago, ralentizando el vaciado gástrico. Estos dos efectos combinados reducen el apetito y conducen a la pérdida de peso.
Así surgió un nuevo uso para el fármaco, momento en el que la empresa Novo Nordisk comenzó a comercializar el mismo fármaco bajo dos nombres diferentes: Ozempic para tratar la diabetes tipo 2, y Wegovy para controlar la obesidad.
Una nueva era
Los análogos de GLP-1/GIP son un avance terapéutico bienvenido en un momento en el que prevalencia de diabetes tipo 2 y obesidad Está explotando y afectando a personas cada vez más jóvenes.
Estas enfermedades afectan especialmente a las mujeres, a los miembros de grupos racializados y a las poblaciones socioeconómicamente desfavorecidas. El sufrimiento físico y mental que provocan y los costos asociados a su tratamiento son considerables. Por ello, la llegada de nuevas armas al arsenal terapéutico es una fuente de esperanza.
Los cambios draconianos en el estilo de vida son ciertamente eficaces, pero son muy difíciles de implementar y mantener en el tiempo por razones que van más allá del ámbito individual; por un lado, la predisposición genética juega un papel importante en el desarrollo de la diabetes tipo 2 y la obesidad; por otro, porque estas condiciones son multifactorialsu gestión debe ser integral para ser eficaz y duradera: debe combinar intervenciones médicas pero también nutricionales, funcionales, psicosociales, ambientales e incluso institucionales.
Existen servicios de apoyo de este tipo, pero sólo en grandes centros hospitalarios universitarios a los que muchas personas no tienen acceso. Tampoco muchas personas tienen fácil acceso a Opciones de comida sana y variadainstalaciones deportivas o apoyo social y psicológico.
Tratar los efectos pero no las causas
Para que sean eficaces a largo plazo, los análogos de GLP-1/GIP deben tomarse de forma continua: sin cambios drásticos en el estilo de vida, El peso perdido se recupera al año de dejar de fumar.y el control glucémico se ve comprometido una vez más.
En otras palabras, los medicamentos tratan los efectos de la diabetes tipo 2 y la obesidad, pero no sus causas. Y, sin embargo, algunas de estas causas son modificables: por ejemplo, según Estadísticas de Canadámenos de la mitad de la población canadiense (49,2% de los adultos; 43,9% de los jóvenes y niños) realiza la cantidad recomendada de actividad física semanal. Según la misma fuente, inseguridad alimentaria Afecta a alrededor del 14% de la población de Quebec (22% en Alberta).
El tratamiento farmacológico, incluso si permite que un individuo coma menos, no significa necesariamente que esa persona… comer mejorDe la misma manera, perder peso no significa que uno se vuelva más activo o más saludable. Por lo tanto, estos nuevos medicamentos no curan la diabetes tipo 2 ni la obesidad. Tampoco previenen su desarrollo, aunque sí ayudan a limitar las muchas complicaciones a las que dan lugar.
Prescribir y tratar
Un fármaco como Mounjaro es tan eficaz para adelgazar como la cirugía bariátrica. Es mucho más fácil de administrar y mucho menos arriesgado, por lo que podría suponer un auténtico punto de inflexión en el tratamiento de la obesidad. Prescrito directamente por los médicos de familia y dispensado en farmacias, sería también mucho más accesible y fácil de administrar para quienes lo necesitan.
Esto plantea la cuestión de los costes y el reembolso, pero no sólo eso: prescribir no es lo mismo que tratar. En este caso, los fabricantes siguen las recomendaciones de las autoridades sanitarias: este tratamiento debe ir precedido de un evaluación cuidadosaluego una gestión y sobre todo un seguimiento estrecho y regular de la alimentación, de la actividad física, de la salud mental y, si es necesario, una ayuda socioeconómica.
Esto requiere no sólo un tiempo del que carecen los médicos de cabecera, sino también la coordinación con otros agentes de la red sanitaria. El problema no es si el tratamiento será eficaz, sino qué puede ocurrir si lo es. Perder el 25% del peso corporal en apenas unos meses tiene consecuencias graves, no siempre beneficiosas: implica una pérdida de grasa corporal, pero también de masa muscular, lo que se asocia a una fatiga intensa. Tampoco hay que subestimar la desafío de adaptarse física y psicológicamente A una transformación corporal de esta magnitud. Perder peso no resuelve todo y las expectativas deben ser realistas.
¿Qué lecciones podemos aprender?
La eficacia clínica de los análogos de GLP-1/GIP para reducir las complicaciones asociadas a la diabetes tipo 2 y la obesidad es indiscutible. Sin embargo, estos fármacos no son adecuados para todo el mundo y, desde luego, no son remedios milagrosos que permitan recuperar la salud sin realizar cambios en el estilo de vida o el entorno.
Debemos tener presente que su éxito, tanto comercial como médico, es también el resultado de un fracaso: el de nuestras sociedades a la hora de prevenir estas enfermedades, de promover estilos de vida saludables y de desarrollar entornos propicios para la salud de todos.
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Citación:Ozempic, Wegovy, Rybelsus: ¿Estamos perdiendo de vista la salud en general? Esto es lo que dice la ciencia (14 de septiembre de 2024) recuperado el 14 de septiembre de 2024 de https://medicalxpress.com/news/2024-09-ozempic-wegovy-rybelsus-sight-health.html
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