Un tribunal francés dictaminó que el comerciante de arte suizo Yves Bouvier y su socio comercial Olivier Thomas deben ser juzgados por acusaciones relacionadas con la desaparición de múltiples obras de arte de Picasso de una unidad de almacenamiento hace más de una década, según el Periódico de arte.
La decisión, dictada el 7 de noviembre por un tribunal de apelación de París, desestimó el intento de Bouvier de frenar el proceso judicial en su contra relacionado con las obras. El caso comenzó en 2015, cuando Catherine Hutin, hija de Jacqueline Picasso, descubrió que faltaban unas 70 obras de Picasso de un almacén que había alquilado en un suburbio de París, donde Thomas las había colocado en 2008. La instalación pertenecía a la empresa de Bouvier. Arte Tránsito Internacional.
Las preocupaciones de Hutin crecieron después de enterarse de que Bouvier había vendido dos retratos desaparecidos de su madre en 2013 al multimillonario ruso Dmitri Rybolovlev por 28,5 millones de dólares. Según Hutin, un conservador se puso en contacto con ella y afirma haber sido contratado por Thomas y otro asociado de Bouvier, Jean-Marc Peretti, en 2012 para realizar la conservación de la iluminación de cinco obras de su almacén. Según se informa, ese conservador trabajó más tarde en tres piezas adicionales de Picasso en la sede de Bouvier en Ginebra Freeport, todas las cuales aparecían en la lista de obras desaparecidas de Hutin.
Thomas negó tener conocimiento de cualquier irregularidad, aunque los investigadores descubrieron fotografías de algunas piezas faltantes en su computadora. Bouvier también negó los cargos, alegando que compró los retratos al fallecido galerista Jean-Marc Aittouares.
Sin embargo, los investigadores no pudieron encontrar pruebas de esta transacción. Bouvier también afirma que pagó 9 millones de euros a Hutin por las obras en 2010, pero se descubrió que los pagos correspondían a otras 13 pinturas vendidas anteriormente por Hutin a través de Thomas, no a las que figuran en la lista de artículos desaparecidos.
Tanto Bouvier como Thomas enfrentan cargos de posesión de bienes robados, mientras que Thomas también está acusado de fraude. La reciente decisión del tribunal se produce tras una solicitud de los fiscales en junio para que ambos hombres fueran juzgados. Bouvier intentó detener el proceso, argumentando que la investigación estaba sesgada e influenciada por el equipo legal de Rybolovlev, haciendo referencia a sus disputas legales anteriores con Rybolovlev, que se resolvieron en 2023. Sin embargo, el tribunal de París no encontró “ninguna prueba de parcialidad” por parte de investigadores.
La abogada de Hutin, Anne-Sophie Nardon, celebró la sentencia. Nardon le dijo al Periódico de arte que Hutin “lleva una década esperando que se haga justicia y se restituyan sus obras. Esta decisión perfectamente fundamentada representa un paso decisivo hacia la verdad”.
Philippe Valent, abogado de Bouvier, dijo que apelaría ante el tribunal superior de Francia, alegando que el fallo pasa por alto la supuesta «deslealtad» entre los investigadores y acusa al tribunal de ponerse del lado de un «corporativismo frenético». Agregó que “la Sra. Hutin presentó una denuncia absurda por el presunto robo de obras por las que le habían pagado”.