Teresa Gala es una madre de cinco hijos de 44 años. Se casó a los 14 años y tuvo que dejar la escuela debido a sus nuevas circunstancias. Durante más de tres décadas, sus días estaban ocupados con las tareas domésticas y el cuidado de sus hijos. Durante la temporada agrícola, la Sra. Gala añadió a su rutina diaria el trabajo en la finca de su familia.
Sin embargo, sus pensamientos siempre estuvieron enfocados en tener su propio negocio, uno que le diera independencia económica.
“Como no estudiaba y no tenía mi sustento, siempre tenía que pedirle dinero a mi esposo”, dice la Sra. Gala. “Siendo consciente de que él no ganaba mucho, a veces le pedía casi nada, pero yo Todavía escuché ‘no’ muchas veces. Fue muy humillante».
Hace tres décadas, cuando se casó, casi no había debate sobre el matrimonio infantil en el país, pero las cosas están cambiando para mejor. Desde 2019, la Iniciativa Spotlight, una iniciativa global de las Naciones Unidas financiada por la Unión Europea, ha estado apoyando la aprobación e implementación de leyes mozambiqueñas que protegen a las mujeres y las niñas de la violencia de género y prácticas nocivas, como los matrimonios precoces.
Un espacio seguro para prosperar
En 2021, la vida de la Sra. Gala mejoró cuando se unió a la Asociación de Mujeres Tambara (ASMTA) en la provincia de Manica, una organización respaldada por la Iniciativa Spotlight. Estas asociaciones y grupos de mujeres crean redes de apoyo donde las mujeres pueden aprender y crecer juntas económicamente, y crean relaciones de confianza y espacios seguros para abordar temas relacionados con la violencia de género y los derechos de las mujeres. En Mozambique, durante el año pasado, la Iniciativa Spotlight apoyó a más de 9.000 mujeres de esta manera.
A través del grupo, la Sra. Gala tuvo acceso a un «kit de negocios» que incluía los fondos iniciales para iniciar una empresa que vendiera yogur elaborado con Malambe (fruto del árbol del baobab) y Maheu (una bebida de maíz fermentado).
En el distrito de Tambara, donde vive la Sra. Gala, las temperaturas superan fácilmente los 40 grados centígrados pero, al invertir sus primeras ganancias en un congelador, pudo hacer helado Maheu y Malembe, que fue un éxito inmediato entre sus clientes.
Con más dinero ingresando, la Sra. Gala pudo comprar un teléfono celular, lo que le permitió comunicarse con clientes y contactos sociales, y unirse al sistema financiero móvil nacional.
Con los ingresos de su microempresa, ahora contribuye a los gastos del hogar y paga la universidad de una de sus hijas, que estudia la carrera de salud.
“Mi negocio me hace sentir más respetada en casa. Hoy soy una mujer económicamente estable, con ahorros, que aporta a los gastos del hogar ya la educación de mis hijos”, dice. “Ya no tengo que esperar a que mi esposo satisfaga mis necesidades financieras”.