Una nueva investigación vincula más estrechamente la obesidad con la demencia. Los niveles más altos de leptina, una hormona que ayuda a mantener un peso corporal normal, se asocian con una mejor transmisión de señales de la materia blanca cerebral en adultos de mediana edad, según un estudio del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UT Health San Antonio).
«Los hallazgos respaldan el papel conocido de las variaciones de leptina en el riesgo de demencia en la vejez al relacionar su deficiencia con cambios en la estructura de la materia blanca, que es un evento temprano en el proceso de deterioro cognitivo debido a la enfermedad de Alzheimer o la demencia vascular», dijo Claudia Satizabal, Ph.D., profesora asociada en el Instituto Glenn Biggs para el Alzheimer y Enfermedades Neurodegenerativas en UT Health San Antonio.
Satizabal es el autor principal de un estudio titulado «Biodisponibilidad de la leptina y marcadores de atrofia cerebral y lesión vascular en la mediana edad». publicado 12 de agosto en Alzheimer y demenciaOtros autores también trabajan en el Instituto Biggs, así como en el Centro Médico Tufts de Boston, el Framingham Heart Study, la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston, la Universidad de California-Davis, la Universidad Nacional y Kapodistriana de Atenas y la Universidad de Columbia.
Obesidad y Alzheimer
Según el estudio, la enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia y afecta a la vida de millones de personas en todo el mundo. Cada vez hay más pruebas que sugieren que la obesidad en la mediana edad es un factor importante que contribuye al riesgo de desarrollar la enfermedad.
Esto ha generado un creciente interés por desentrañar los mecanismos que vinculan la obesidad con el Alzheimer, que pueden extenderse a través de vías vasculares, genéticas y metabólicas. El estudio del tejido adiposo o graso ha permitido obtener importantes conocimientos.
El tejido adiposo, que alguna vez fue considerado un reservorio pasivo para el almacenamiento de energía, ahora se considera parte del sistema endocrino y secreta un grupo de péptidos bioactivos conocidos como adipocinas, o moléculas de señalización celular que desempeñan funciones en el estado energético o metabólico del cuerpo, la inflamación y la obesidad.
La leptina es una adipocina responsable del control central de la ingesta de alimentos y la homeostasis energética, y se la ha implicado en una variedad de funciones neurofisiológicas, incluido el desarrollo cerebral, la neurogénesis y la neuroprotección.
Debido a estos efectos, se ha considerado un mecanismo plausible en la vía que lleva de la obesidad a la enfermedad de Alzheimer. El estudio lo respaldan los hallazgos que vinculan los niveles más altos de leptina con un menor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo leve, así como con mejores indicadores estructurales del cerebro en adultos mayores.
Aun así, los estudios realizados en individuos más jóvenes no han detectado asociaciones entre la leptina y los indicadores tempranos de daño cerebral que preceden al riesgo de demencia en la vejez. Los investigadores del nuevo estudio en UT Health San Antonio se propusieron obtener más información sobre las posibles relaciones de la leptina con la carga neurodegenerativa y cerebrovascular.
En concreto, investigaron las asociaciones de los marcadores de leptina con la función cognitiva y las medidas de atrofia cerebral y lesión vascular mediante resonancia magnética en adultos sanos de mediana edad.
Realizaron evaluaciones neuropsicológicas de 2.262 participantes cognitivamente sanos del Framingham Heart Study, un estudio de cohorte cardiovascular a largo plazo de residentes de Framingham, Massachusetts, que abarca tres generaciones y ahora es un proyecto del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, en colaboración con la Universidad de Boston.
Los científicos midieron las concentraciones de leptina, su receptor soluble de leptina y su proporción, conocida como índice de leptina libre, que indica la biodisponibilidad de leptina, mediante ensayos inmunoabsorbentes ligados a enzimas. Las mediciones cognitivas y de resonancia magnética se derivaron utilizando protocolos estandarizados.
Los resultados mostraron una mayor asociación del receptor soluble de leptina con una menor anisotropía fraccional, un biomarcador de la integridad de la materia blanca cerebral, y una difusividad media esqueletizada de ancho de pico, un marcador de imagen de la lesión de la materia blanca. En consecuencia, un mayor índice de leptina libre se asoció con una mayor anisotropía fraccional.
Estos resultados fueron replicados en un estudio que incluyó a 89 participantes hispanos cognitivamente sanos de San Antonio, realizado por MarkVCID, un consorcio de centros médicos académicos de Estados Unidos cuya misión es identificar y validar biomarcadores para las enfermedades de los vasos pequeños del cerebro que producen contribuciones vasculares al deterioro cognitivo y la demencia (VCID).
En conjunto, los investigadores concluyeron que una mayor biodisponibilidad de leptina estaba asociada con una mejor integridad de la materia blanca en adultos sanos de mediana edad, lo que respalda el supuesto papel neuroprotector de la leptina en el riesgo de demencia en la vejez.
Más información:
Sokratis Charisis et al, Biodisponibilidad de leptina y marcadores de atrofia cerebral y lesión vascular en la mediana edad, Alzheimer y demencia (2024). Documento de la investigación: 10.1002/alz.13879
Citación:Una nueva investigación descubre que unos niveles más elevados de leptina indican una protección cerebral contra la demencia en la vejez (18 de septiembre de 2024) recuperado el 18 de septiembre de 2024 de https://medicalxpress.com/news/2024-09-higher-leptin-brain-late-life.html
Este documento está sujeto a derechos de autor. Salvo que se haga un uso legítimo con fines de estudio o investigación privados, no se podrá reproducir ninguna parte del mismo sin autorización por escrito. El contenido se ofrece únicamente con fines informativos.