Sin importar muy bien sean los resultados de la segunda vuelta presidencial en Colombia, que se disputarán los candidatos gustavo petro y rodolfo hernandez el 19 de junio, hay un próximo hecho que no va a variar: el segundo cargo más importante del país lo ocupará, por primera vez, una mujer afrodescendiente.
Tanto Francia Márquez -fórmula vicepresidencial de Petro- como Marelen Castillo -la apuesta de Hernández- son nacidas en el pacífico colombiano y, a diferencia de la actual vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, representa una figura más cercana a la comunidad, pues provienen de familias de clase media-baja.
Patricia Muñoz Yi, docente, investigadora y directora de posgrado de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana, alerta sobre tres elementos claves en la llegada de cualquiera de las dos: el hecho de ser mujeres, de ser afro y de ser oriundos del territorio.
«[Que sea una mujer es] un continuar a continuar con esa primera figura vicepresidencial femenina y poder llamado cerrar esta brecha de la llegada de mujeres a cargos de representación política, a través del voto», dijo Muñoz Yi.
En cuando a que sean afrodescendientes dijo la experta: «Enviamos una señal clara a los grupos étnicos, que no son propiamente minoritarios […] de inclusión», añadió.
Carolina Jiménez, directora del Departamento de Ciencia Política, de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, afirmó que el hecho de que ambas candidatas sean afrodescendientes “es un mensaje también de situar el reconocimiento a la pluriversidad étnica de pueblos originarios que existen en Colombia”.
“Es un reconocimiento a las luchas de los pueblos afrodescendientes y simbólicamente es muy importante porque es mostrar la diversidad de lo que es la constitución de la sociedad colombiana y toda la agenda que la soporta”, dijo Jiménez en declaraciones a la Voz de América.
Muñoz y Jiménez coinciden en que el hecho de que provengan de otras regiones envía un llamado al Gobierno para trabajar por el desarrollo de los territorios.
“Ser una mujer negra, de sectores populares, de trayectoria del movimiento social y popular, eso es bastante significativo, porque es la posibilidad también de otra forma de pensar la sociedad, de otro tipo de representación, de una mujer que es el promedio de la mujer colombiana, la que podría llegar allá”, dijo Jiménez.
Francia Márquez, la activista medioambiental
Algunas la califican como el actual fenomeno politico en Colombia. En las consultas interpartidistas, el pasado 13 de marzo, obtuve casi 800.000 votos, muchos más que otros políticos de larga trayectoria.
Hace 40 años, Francia Elena Márquez Mina nació en la comunidad de Yolombó, del corregimiento La Toma, en el municipio de Suárez, Cauca, una zona fuertemente golpeada por la violencia, que la llevó a luchar por la tierra, la comunidad afro y aquellos más vulnerables.
«Soy parte de un proceso, de una historia de lucha y resistencia que empezó con mis ancestros traídos en condición de esclavitud. Soy parte de la lucha contra el racismo estructuralsoy parte de los que luchan por seguir pariendo la libertad y justicia”, dice la abogada y activista en su página web.
Su activismo ambiental comenzó apenas en su adolescencia, cuando luchó para evitar el desvío del río Ovejas hacia una represa. Fue madre a los 16 años y su vida giró en torno a la ruralidad, donde la agricultura, la ganadería y la minería artesanal representaban la cotidianidad. Desde 1997 ha sido miembro de la Organización Proceso de Comunidades Negras y en 1986 comenzó su lucha contra la minería en territorios ancestrales de su comunidad.
En 2009, evitó el desalojo de la población, gracias a que impulsó una acción de tutela ante la Corte Constitucional, que un año más tarde suspendió los títulos a las empresas mineras en el Cauca.
A causa de su lucha contra la minería ilegal, Márquez fue amenazada y obligada a salir de su pueblo en 2014, lo que la hizo partícipe, como víctima del conflicto, en los diálogos de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En 2015, recibió el Premio Nacional a la defensa de los Derechos humanos en Colombia, en la categoría Defensora del año por liderar ‘La marcha de los Turbantes’, una caminata en la que participaron más de 80 mujeres afrodescendientes, que recorrieron de más de 600 kilómetros hasta Bogotá.
Su lucha por defender su pueblo contra las minas ilegales la hizo acreedora Premio Ambiental Goldman en San Francisco California (Estados Unidos), en 2018. Un año después, la BBC de Londres la incluyó en la lista de las 100 mujeres más predominantes del mundo. En 2019 fue víctima, junto a otras activistas, de un atentado en Cauca.
Sus iniciativas se centran en la justicia racial, la defensa de los derechos de las mujeres, los derechos humanos y el cuidado de la vida y el territorio.
La oposición la critica por su posición ante la economía socialista y de haber recibido subsidios del Gobierno, cuando ella critica precisamente el asistencialismo estatal.
Muñoz dice que “representa a esa mujer, que siendo víctima de violencia de exclusión, de situaciones por las que pasan muchas de las personas en los territorios, ha levantado la voz para visibilizar estos problemas”.
«Es una apuesta feminista. Es decir, no solamente es una mujer si no es una mujer feminista, antirracista y desde ahí la contribución. Creo que es simbólica y socialmente es muy importante», explica a VOA Jiménez. «Hay una elaboración mucho más precisa de reconocimiento de las desigualdades estructurales y de la posibilidad de generar acciones y medidas afirmativas conducentes a resolver esas brechas tan grandes que existen».
Marelen Castillo, la académica
Fue elegido por Hernández como su fórmula vicepresidencial porque “es una mujer muy bien preparada y sin nexos con la política”, dijo el ingeniero.
Esta mujer afrodescendiente nació en Cali, capital del departamento colombiano del Valle del Cauca, hace 53 años.
Es la mayor de cinco hermanas, con las que crecieron en un hogar de clase media. Se graduó como licenciada en biología y química en la Universidad Santiago de Cali, en 1992. Hizo una maestría en ingeniería industrial en la Universidad Autónoma de Occidente. Obtuvo un Ph.D en educación en la Nova Southeastern University, de Florida, en Estados Unidos. En 2007, realizó una especialización de administración en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, según describe es su currículo.
Fue profesora de biología en el Colegio Nuestra Señora del Pilar, desde que se graduó y donde trabajó por 11 años. Y, entre 2001 y 2006, se desempeñó como docente, decana y vicerrectora y rectora encargada de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium.
Se mudó hace 13 años a Bogotá. Es casada y tiene dos hijas. Desde 2009 hasta 2021, fue vicerrectora general académica, investigación, rectora de virtual ya distancia, vicerrectora académica y directora de iniciativas estratégicas de la Corporación Universitaria Minuto de Dios.
En su perfil de la red social LinkedIn, se define como una “líder en la gestión de la educación virtual ya distancia: en diseño de programas académicos y en la construcción de modelos educativos en esta metodología. Es experta en diseño curricular de educación superior. También presta sus servicios como contratista y par académico del Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Ha sido consultora, asesora y conferencista invitada por diferentes universidades nacionales y extranjeras en temas de educación superior en la modalidad virtual y distancia”.
Su acercamiento a la política llegó sin pretensiones, sin esperarlo. Después de que Hernández seguidores pidió a sus seguidores que le propusieran opciones para vicepresidente, un seguidor le hizo llegar la hoja de vida de Castillo, la cual fue seleccionada por al candidato presidencial. Se define como una “perfecta desconocida” de la política, según lo ha relatado en diferentes medios.
Aunque el ingeniero ha sido criticado de machista y misógino, ella lo ha defendido catalogado de respetuoso y muy serio con las mujeres.
La noticia de su candidatura le llegó, mientras planeaba un proyecto educativo, siendo precisamente la educación su principal bandera.
La profesora Muñoz señala que “los colombianos la están conociendo en campaña y están conociendo de su trayectoria educativa. Pero, antes de la campaña, no era una persona que había logrado forjar un nivel de representación entre los colombianos”.
Por ahora, las encuestas presidenciales en Colombia señalan una breve diferencia entre Petro y Hernández, abriendo la posibilidad para que cualquiera de estas dos mujeres se convierta en la próxima vicepresidenta de la nación suramericana.
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