Nelly Mamani es una joven madre del barrio de Chualluma, una pintoresca zona ubicada en la capital de Bolivia que está descubriendo su propia marca con arte, historia y mucho color.
“Desde chiquitita he vivido aquí con mi familia. Antes no era así, ha cambiado todo y me siento feliz porque se ve bien bonita mi zona”, relata Mamani a la Voz de Américamientras acompañamos su recorrido.
Los murales reflejan las vivencias cotidianas de los vecinos, la mayoría aimara y quechua. Los colores vivos de las fachadas son fácilmente percibidos como un mosaico desde el Teleférico que surca los cielos ante el imponente Illimani, la montaña icónica de este departamento.
Este proyecto comenzó en 2019 con la artista Knorke Leaf de forma colaborativa y luego, con el apoyo de fondos estatales del programa “Mi barrio, Mi hogar” se amplió los resultados. La muralista destacó a medios de comunicación locales que tomaron en cuenta la psicología del color para generar un impacto sensorial en los habitantes.
Pero la Alcaldía de La Paz también está comprometida con el programa “Ciudad de Mil Colores” para la gestión 2022-2025. El objetivo es transformar a la ciudad tras el impacto dejado por la pandemia del COVID-19.
Un destino turistico
Desde que los colores se apoderaron de Chualluma, no faltan los visitantes de otras ciudades y países, cuenta Nelly Mamani. Llegan cautivados por las imágenes que se difunden en las redes sociales y aprovechan para tomarse fotos, videos y conocer el lugar.
“Aquí hay muchas señoras representando el q’atu, que en aimara quiere decir mercado, ahí las ven vendiendo quesito, pancito, chuñito y muchos otros productos. Todo eso está reflejado en los murales”, explica la guía de turismo, Valentina Rosales.
“Es un barrio que tiene vida”, agrega Rosales, mientras explica el significado de Chualluma. “Viene de la lengua aimara “Ch’uwa Uma” y significa vertiente cristalino, aunque los vecinos dicen que se alimenta de varios manantiales, una mezcla de colores en la misma zona”.
convivir en paz
Desde que Chualluma se empezó a transformar, los vecinos se comprometieron a que este barrio sea un verdadero atractivo turístico y cultural de La Paz, y eso también mejoró su convivencia.
“Cuando uno visita un lugar desconocido no sabe lo que va a encontrar, por eso contratamos una guía turística, pero en el camino nos encontramos con gente muy amable, nos dicen ‘por qué no van y se toman una foto en este mural’, ‘allá tienen mejor vista’, ‘vayan por este camino’, el trato es muy cordial y además se ven las vistas espectaculares de La Paz”, dice a la VOA Malité Schmitter, una turista que llegó desde el oriente boliviano.
Chualluma, donde viven unas 400 familias, también se ha convertido en una inspiración para otros barrios aledaños. Los vecinos quieren dejar atrás esa idea de que son zonas peligrosas y más bien promoverlas como lugares turísticos que cuentan sus historias.
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