Tres turistas ecuatorianos se han convertido al aeropuerto de Cusco en su hogar mientras visitantes de otras nacionalidades esperan en la estación de Aguas Calientes poder tomarse un tren humanitario, tras quedar varado por la crisis política en Perú mientras visitaban la ciudadela inca de Machu Picchu.
Las jóvenes ecuatorianas reciben ayuda para comer, pero duermen en cartones y se cubren con lo que pueden del intenso frío, especialmente en las noches, a la espera de poder regresar a Ecuador.
Karen Marcillo, una profesora de educación inicial de 28 años, estaba a punto de regresar cuando el caos político se apoderó de las calles de buena parte de Perú.
“Lamentablemente nos comunicaron que todos los vuelos se cancelaron por las protestas”, dijo en una entrevista telefónica con The Associated Press desde el aeropuerto Teniente Alejandro Velasco Astete, de Cusco.
Relató que la noche de miércoles tuvieron uno de los momentos más tensos cuando grupos de manifestantes violaron el perímetro del aeropuerto e intentaron ingresar a la zona de embarque, pero fueron repelidos por efectivos de la policía y las Fuerzas Armadas.
“No nos atrevemos a salir del aeropuerto debido a que las protestas están muy complicadas”, dijo, “no podemos asearnos porque aquí no hay duchas”.
El turista chileno Hugo Ramírez contó a AP que tenía programada una visita de un día en Aguas Caliente -el pueblo desde donde se accede a Machu Picchu- “y ya estamos atrapados cuatro días”. Ramírez manifestó incertidumbre por su situación y la de otros turistas: ”no sabemos si la locomoción se va a activar, los aeropuertos se van a abrir, no sabemos si podemos volver a Chile”.
Desde la semana pasada Perú se encuentra sumido en una profunda crisis política desencadenada por la decisión del ahora expresidente Pedro Castillo de disolver el Congreso, el cual poco después lo destituyó y nombró a su vicepresidenta Dina Boluarte.
Castillo se encuentra en prisión preventiva por 18 meses mientras se lo investiga por los delitos de rebelión, conspiración, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública.
La cancillería de Ecuador dijo en un comunicado que unos 20 ecuatorianos se encuentran varado en Cusco y que mantiene contacto permanente con ellos.
“Nos han dicho que tengamos paciencia, que esperemos a que las aerolíneas nos den alguna solución, es todo lo que nos han dicho, dijo Marcillo.
Otra de las ecuatorianas varada en el aeropuerto es la enfermera Karina Faicán, de 29 años, quien contó a AP que “estoy durmiendo en el aeropuerto desde el lunes, estamos asustados porque las manifestaciones están feas”.
Añadió que sus principales preocupaciones es conservar su puesto de trabajo porque no tiene fecha de regreso a Ecuador.
El turista ruso Alexander Kohow dijo que la actualidad política peruana “no es buena para los turistas que están aquí. Casi mil personas están cómo en una cárcel y no podemos salir, para los turistas no es buena situación”.
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