Las excavaciones preventivas han descubierto un tramo de tumbas de más de dos mil años de antigüedad en París Isla de la Citéactual sede de la Catedral de Notre Dame, El País informó la semana pasada. Las excavaciones se están realizando antes de la ampliación de la estación de Port Royal del tren de cercanías RER B de París.
Se encontraron 50 tumbas en el sitio, que una vez fue la ciudad romana Lutetia, hogar de la tribu gala Parisii. El cementerio de Lutetia, conocido como la necrópolis de Saint-Jacques, fue descubierto por primera vez durante excavaciones en el siglo XIX y utilizado por primera vez entre los siglos I y III.
De acuerdo a El País, los arqueólogos de la época estaban más preocupados por los objetos de valor e ignoraron los esqueletos que encontraron, a pesar de la información sobre el antiguo París que se podía obtener de las personas y los objetos enterrados allí. La tumba fue finalmente olvidada.
“Lo excepcional de esto es que tenemos una ventana a nuestro pasado, algo bastante raro en esta ciudad”, dijo Dominique García, presidente del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva (INRAP) de Francia, a la emisora francesa Europe 1. sobre sus ritos funerarios, podemos llegar a una especie de visión general de las personas que vivían en París en el siglo II”, agregó.
Los esqueletos, que incluían hombres, mujeres y niños, fueron encontrados en ataúdes de madera que habían sido quemados, como era la costumbre de los Parisii. Como tal, solo quedaron pequeños trozos de madera y clavos de metal aparte de los esqueletos. Alrededor de la mitad de las tumbas, INRAP dijo, llevaba consigo pequeños objetos entre ellos vasos y jarras de cerámica y vidrio, restos de retazos de ropa como alfileres, cinturones o huellas de zapatos. A algunos esqueletos se les colocaba una moneda en la boca o en el ataúd, probablemente una ofrenda al dios Caronte que transportaría a los muertos al inframundo.
También se encontró un pozo de ofrendas, con el esqueleto completo de un cerdo, un animal pequeño adicional y dos grandes recipientes de cerámica probablemente «destinados a asegurar la supervivencia del difunto en el más allá». El País dicho.
Los científicos esperan que el descubrimiento no solo arroje luz sobre la vida de los Parisii, sino que también proporcione material para las pruebas de ADN a partir del cual puedan aprender más sobre la salud de los antiguos parisinos.