Tras su toma de posesión ayer, el presidente Donald Trump restableció una política de su primer mandato que favorece los estilos “clásicos” de los edificios gubernamentales sobre los modernistas.
El póliza recién emitidaoficialmente titulada Orden ejecutiva de Hermosa Arquitectura Cívica Federal, tiene como objetivo promover un tipo de arquitectura cívica que “improduzca la admiración del público”. Cuando se introdujo por primera vez en 2020, muchos arquitectos estadounidenses criticaron la medida como regresiva, viéndola como un intento de la administración Trump de imponer un estilo uniforme en los edificios públicos y promover ideales nacionalistas.
Ese año, Robert Ivy, ex director del Instituto Americano de Arquitectos, dijo que el grupo se oponía a la orden, que, según él, impondría preferencias estéticas rígidas y sofocaría la creatividad. Los detractores también dijeron que Trump estaba intentando prohibir futuros edificios realizados con estilos que recordaran el brutalismo y el deconstrucivismo, dos movimientos modernistas que se mencionaban por su nombre en el orden original.
La orden ejecutiva, que se firmó junto con otras centradas en la frontera entre Estados Unidos y México, ordena a los jefes de las agencias federales y a la Administración de Servicios Generales, la organización que administra edificios y bienes raíces federales, que brinden recomendaciones dentro de 60 días para alinear la arquitectura federal con la tradicional y Principios “clásicos”.
El objetivo de la orden es «embellecer los espacios públicos» enfatizando diseños arquitectónicos que «respeten el patrimonio regional y se alineen con las tradiciones clásicas de Estados Unidos». El término «clásico» se refiere al neoclasicismo, el estilo georgiano, el renacimiento griego, el goticismo y otros modos arquitectónicos anteriores a la era modernista.
La directiva de la administración Trump es una actualización de una política de 1962 sobre arquitectura federal, que se centró en la gobernanza compartida en las decisiones de diseño, con aportes de la comunidad que influyen en cómo se realizarían o renovarían las estructuras públicas.
La orden ejecutiva de Trump de 2020 fue derogada por el presidente Joe Biden a principios de su mandato en febrero de 2021. En ese momento, el presidente de la AIA, Peter Exley, dijo: “Al revocar esta orden, la administración Biden ha restablecido a las comunidades la libertad de elección de diseño que es esencial para diseñar edificios federales que sirvan mejor al público. Esto es fundamental para el proceso de un arquitecto y para lograr edificios de la más alta calidad posible”.