Trump utilizó Davos para advertir a Europa, exigiendo a los aliados de la OTAN que aumentaran el gasto en defensa al 5% del PIB y amenazando con aranceles a las empresas que no fabrican en Estados Unidos. Vinculó los precios más bajos del petróleo con el fin de la guerra de Ucrania y aseguró que las exportaciones de GNL a Europa continuarían.
En su primer discurso internacional importante desde que regresó a la Casa Blanca, el presidente estadounidense Donald Trump dejó claro que en su segundo mandato no se suavizaría su postura en materia de comercio, defensa o diplomacia global.
Hablando por videoconferencia en el Foro Económico Mundial en Davos el jueves, Trump emitió una dura advertencia a los aliados europeos, exigiendo un mayor gasto militar, prometiendo proteger la industria estadounidense con aranceles y sugiriendo que bajar los precios del petróleo podría poner fin a la guerra en Ucrania.
Pronunciado en el estilo típicamente contundente de Trump, el discurso marcó un renovado impulso a su agenda ‘Estados Unidos primero’, uno que podría tensar aún más las relaciones con los líderes europeos que ya desconfían de su regreso.
Comercio: fabricar en Estados Unidos o pagar un arancel
El comercio estuvo a la vanguardia de los comentarios de Trump, quien reiteró su vieja exigencia de que las empresas den prioridad a la manufactura estadounidense.
Su mensaje era simple: las empresas que decidieran producir fuera de Estados Unidos enfrentarían consecuencias financieras.
“Mi mensaje para todas las empresas del mundo es muy simple: vengan a fabricar su producto en Estados Unidos y les aplicaremos uno de los impuestos más bajos de cualquier nación del mundo. Pero si no lo haces, tendrás que pagar un arancel”, afirmó.
Trump anunció que las empresas que fabriquen en Estados Unidos se beneficiarán de una reducción del impuesto de sociedades, que pasará del 21% al 15%. Afirmó que esta sería «con diferencia la tasa impositiva más baja» entre las naciones más grandes y económicamente más poderosas del mundo.
Luego dirigió sus críticas hacia la Unión Europea, calificando su sistema regulatorio como un obstáculo a la inversión.
Basándose en su propia experiencia empresarial, Trump relató un proyecto inmobiliario fallido en Irlanda, donde obtuvo la aprobación nacional en una semana, pero le dijeron que la aprobación a nivel de la UE tardaría entre cinco y seis años. El retraso, afirmó, hizo inviable la inversión.
Más allá de la burocracia, Trump apuntó a las políticas comerciales de la UE, acusando al bloque de tratar injustamente los productos estadounidenses.
«La UE no acepta nuestros productos agrícolas, no acepta nuestros automóviles, y sin embargo nos envían automóviles por millones», argumentó, culpando a los aranceles y restricciones europeos por lo que describió como una relación comercial desequilibrada.
Su retórica se hizo eco de las disputas arancelarias de su primer mandato, lo que generó preocupaciones de que un nuevo conflicto comercial entre Estados Unidos y la UE podría estar en el horizonte.
OTAN: Un nuevo umbral de gasto en defensa
Luego, Trump centró su atención en la OTAN, reviviendo una de sus demandas más polémicas: mayores contribuciones financieras de los miembros de la alianza. Si bien los países de la OTAN se habían comprometido previamente a destinar al menos el 2% del PIB a la defensa, Trump insistió en que esto era insuficiente.
«También voy a pedir a todas las naciones de la OTAN que aumenten el gasto en defensa al 5% del PIB, que es lo que debería haber sido hace años», dijo.
Sus comentarios fueron un desafío directo a los líderes europeos, muchos de los cuales han enfrentado oposición interna a los aumentos del presupuesto militar. Trump se atribuyó el mérito de presionar a los aliados para que cumplieran el objetivo actual del 2% y advirtió que esperaba compromisos aún mayores en el futuro.
Es probable que la demanda encienda el debate dentro de la OTAN, donde varios países han comenzado recientemente a alcanzar el umbral del 2% establecido en 2014. Al pedir más del doble de esa cantidad, Trump señaló que las contribuciones de la alianza volverían a ser un punto clave de discordia en relaciones transatlánticas.
Ucrania: Los precios más bajos del petróleo podrían poner fin a la guerra
Quizás el momento más controvertido del discurso de Trump se produjo cuando vinculó los precios del petróleo con la guerra en Ucrania. “Si el precio [of oil] «Si cayera, la guerra entre Rusia y Ucrania terminaría inmediatamente», afirmó, argumentando que los altos ingresos energéticos estaban permitiendo a Moscú sostener sus operaciones militares.
Prometió presionar a Arabia Saudita y a la OPEP para que bajen los precios del petróleo, sugiriendo que las medidas económicas, en lugar de la ayuda militar, podrían ser la clave para poner fin al conflicto. Trump también reiteró su voluntad de dialogar directamente con el presidente ruso Vladimir Putin y afirmó: “Me gustaría poder reunirme pronto con el presidente Putin y poner fin a esa guerra. Es hora de ponerle fin”.
Si bien no ofreció detalles concretos sobre cómo negociaría la paz, Trump insistió en que “Ucrania está lista para llegar a un acuerdo”.
Es probable que sus comentarios provoquen fuertes reacciones en Europa, donde muchos líderes siguen siendo escépticos ante cualquier enfoque que pueda verse como una presión para que Ucrania llegue a un acuerdo favorable a Moscú.
Energía: El GNL a Europa continuará
En medio de especulaciones de que Estados Unidos podría limitar las exportaciones de gas natural licuado (GNL) para priorizar el suministro interno, Trump buscó tranquilizar a los aliados europeos.
Dirigiéndose al director general de TotalEnergies, Patrick Pouyanné, afirmó: «Si hacemos un trato, hacemos un trato, lo conseguirán».
También se comprometió a acelerar las aprobaciones de proyectos energéticos, incluidas las plantas de GNL, en un intento por impulsar el suministro y estabilizar los precios.
Un tono familiar, un nuevo panorama político
El discurso de Trump en Davos tuvo todas las características de su primera presidencia: directo, combativo y centrado sin complejos en los intereses estadounidenses.
Sin embargo, el panorama global ha cambiado desde la última vez que ocupó el cargo. Europa lleva años forjando nuevas alianzas comerciales, la OTAN ha fortalecido su unidad y la guerra en Ucrania ha remodelado las prioridades de seguridad.
Con su regreso al poder, Trump ha dejado claro que pretende reescribir los términos del compromiso de Estados Unidos con el mundo.
Para los líderes europeos, su discurso sirvió como una advertencia y un recordatorio: la era Trump ha regresado y no todo será como de costumbre.