La astronauta Sunita Williams, que se encuentra atrapada en el espacio durante más de 50 días en una misión, ha experimentado una pérdida de masa muscular y densidad ósea. Conozca más sobre los problemas de salud que conlleva estar atrapada en el espacio.
Cuando los astronautas emprenden misiones en el espacio, se exponen a un entorno que es extremadamente diferente al de la Tierra. Factores como la microgravedad, las limitaciones de espacio en la estación espacial, el aislamiento y la exposición a la radiación plantean desafíos únicos para la salud humana. Aunque vale la pena conocer los secretos que desvelan sobre el espacio, incluso los pequeños errores pueden conducir a circunstancias graves en lo que respecta a la salud de los astronautas. Las estancias prolongadas, al igual que la inesperada prolongación de la misión de Sunita Williams y Barry Wilmore en la Estación Espacial Internacional (ISS), sacan a la luz los riesgos para la salud que enfrentan los astronautas.
¿Qué le pasó a Sunita Williams?
La astronauta de origen indio Sunita Williams, que se incorporó a la NASA en 1998 y es veterana de dos misiones espaciales, se desempeña actualmente como piloto de la misión de prueba de vuelo tripulado a bordo de la nave espacial Starliner de Boeing. Si bien es su tercera misión a bordo de la Estación Espacial Internacional, al parecer está experimentando pérdida de densidad ósea y masa muscular, después de estar en el espacio durante más de 50 días, cuando la misión inicialmente estaba prevista para 9 días.
Sunita Williams y Barry Wilmore están atravesando una prolongación de su estadía en la Estación Espacial Internacional debido a retrasos inesperados. La nave espacial, que fue lanzada el 25 de mayo de 2024, se topó con una pequeña fuga de helio que retrasó su viaje de regreso. El regreso de Starliner se ha pospuesto dos veces, sin que todavía se hayan confirmado las nuevas fechas. Sin embargo, según la NASA, se están realizando controles de salud regulares y los miembros de la tripulación se están asegurando de realizar su parte de actividad física en el espacio.
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¿Por qué se produce pérdida de densidad ósea y masa muscular en el espacio?
La microgravedad también tiene efectos sobre el sistema musculoesquelético. Nuestro soporte muscular requiere de la gravedad, pero los astronautas experimentan una atrofia muscular más rápida, especialmente en las piernas y la espalda. El efecto se ve agravado por una pérdida drástica de masa muscular, especialmente en los huesos que soportan peso, como la columna vertebral y la pelvis. También hay una pérdida de densidad ósea debido a la falta de estrés mecánico, similar a la osteoporosis.
Los huesos necesitan tensión mecánica para mantener su densidad y fuerza. En la Tierra, la gravedad tira constantemente de nuestros músculos, obligándolos a trabajar para sostener nuestros cuerpos y moverse. En la microgravedad, esta carga constante no existe, lo que lleva a un menor uso de los músculos. Debilita el sistema esquelético y los músculos, lo que lleva a la degradación del tejido óseo, comúnmente conocida como resorción ósea. La ausencia de gravedad conduce a una rápida disminución tanto de la masa muscular como de la densidad ósea, similar a afecciones como la osteoporosis o el adelgazamiento del tejido óseo, que pueden aumentar el riesgo de fracturas. Por lo tanto, es importante que los astronautas, especialmente en misiones de larga duración, comprendan los efectos secundarios de la microgravedad y los aborden con las medidas correctas, le dice el Dr. Swapnil Keny, ortopedista, a Health Shots.
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¿Cómo evitar la masa muscular en el espacio?
Seguir un régimen de ejercicios adecuado con equipo especializado puede ayudar a mantener la densidad ósea y la masa muscular en condiciones de microgravedad. Una dieta bien planificada que incluya suficiente vitamina D, calcio y otros nutrientes también es esencial para satisfacer las necesidades de los huesos.
Los paseos espaciales deben planificarse durante los períodos de baja actividad solar y los astronautas deben utilizar el blindaje de la nave espacial para reducir la exposición a la radiación. Además de esta medida, los astronautas deben controlar periódicamente sus parámetros de salud para detectar y tratar de forma temprana cualquier problema de salud. Esto no solo ayudará a reducir el riesgo de problemas de salud ósea, sino que también ayudará a garantizar el bienestar general durante la estancia en el espacio, añade el Dr. Keny.
Aunque se han establecido rigurosas rutinas de ejercicio en la ISS para mitigar los efectos secundarios del cambio de entorno, sigue siendo inevitable cierto grado de riesgo de pérdida ósea.
Otros efectos secundarios que pueden enfrentar los astronautas en el espacio
Si bien los astronautas viajan al espacio con una planificación completa, estadías tan prolongadas podrían afectar su salud de múltiples maneras.
1. Redistribución de fluidos
Uno de los cambios más importantes y tempranos que experimentan los astronautas es la distribución de los líquidos debido a la microgravedad. Sin la atracción constante de la gravedad, los líquidos tienden a desplazarse hacia las partes superiores del cuerpo, lo que provoca hinchazón facial, congestión nasal y pérdida de volumen de líquido en las piernas. Esto puede provocar una reducción del volumen sanguíneo y alterar la regulación de la presión arterial. Como resultado, cuando los astronautas regresan a la Tierra, pueden sufrir intolerancia ortostática, que incluye síntomas como mareos y desmayos al ponerse de pie.
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2. Riesgo elevado de cálculos renales
Los cambios en la distribución de líquidos también pueden tener un impacto en el sistema urinario. Los altos niveles de calcio en la orina pueden aumentar el riesgo de cálculos renales. La microgravedad tiene un impacto en el metabolismo que afecta la forma en que los nutrientes son absorbidos y utilizados en el cuerpo. Los cambios hormonales, la sensibilidad a la insulina y los cambios en la composición de la microbiota intestinal son algunos de los principales riesgos para la salud observados a largo plazo.
3. Cambios sensoriales y neurológicos
La falta de gravedad también puede afectar la información sensorial, alterando la orientación espacial, la coordinación ojo-mano y el equilibrio. El mareo por movimiento espacial (SMS, por sus siglas en inglés) es otro impacto en la salud que experimentan los astronautas cuando llegan por primera vez al espacio. Es común observar síntomas como náuseas, vómitos y desorientación. Aunque la gravedad de los síntomas disminuye a medida que el cuerpo se acostumbra, la microgravedad continúa afectando las funciones neurológicas durante su estadía.
4. Riesgos a largo plazo de la exposición a la radiación
La presencia de los astronautas en el espacio los deja expuestos a niveles más altos de radiación que la Tierra. La radiación, que incluye rayos cósmicos galácticos y fenómenos de partículas solares, puede hacer que los astronautas sean propensos a riesgos para la salud, como daños en el ADN y mayores probabilidades de contraer cáncer. Las agencias espaciales controlan meticulosamente y establecen límites a la exposición a la radiación para asegurarse de que se mantenga en niveles seguros a lo largo de múltiples misiones.