Por Matt McKnight
EATONVILLE, Washington (Reuters) – Cada año, a medida que los días de verano disminuyen y los colores del otoño comienzan a emerger en el noroeste del Pacífico de EE. UU., un sonido de otro mundo llena el aire.
En las estribaciones del Monte Rainier en Northwest Trek Wildlife Park, aproximadamente a una hora de Seattle, suenan los espeluznantes sonidos de cornetas de los alces, ya que ha comenzado la temporada de apareamiento.
Los alces de Roosevelt, la más grande de las cuatro subespecies supervivientes en América del Norte, han entrado en su temporada anual de celo, una época en la que los alces toros compiten por parejas femeninas y emiten sonidos elaborados para mostrar su dominio sobre otros miembros de la manada.
«Durante la mayor parte del año, todos son amigos. Forman lo que se llama una manada de solteros, que son todos los machos adultos cuando no es la temporada de reproducción, van y pasan el rato juntos», explica Skylar King, cuidadora de Northwest Wildlife Trek. «Ahora que cambia al final del verano, esas hormonas comienzan a cambiar».
Estos grandes alces también se pueden encontrar entrenando con otros miembros de la manada, ejerciendo su dominio e intentando averiguar dónde se encuentran durante el período de apareamiento del año.
«El objetivo de los machos durante la temporada de reproducción es ser el único macho con todas las hembras y mantener a los demás machos alejados de las hembras». dice King, quien compara el sparring con una pelea de pulsos en lugar de una pelea con cuchillos.
«Comenzará a verlos revolcarse en el barro, oscurecer sus cuerpos como un bronceado en aerosol para los humanos. Se orinarán sobre sí mismos para que las damas huelan irresistiblemente. Hay muchos comportamientos únicos».
Incluso los alces machos más jóvenes participan en el proceso. Cierran las astas e imitan el comportamiento del alce toro mayor como una forma de práctica, para cuando realmente sean competitivos durante la temporada de celo.
King dice que la temporada de celo de los alces se puede presenciar en varias partes de América del Norte a principios del otoño, pero depende del clima y las subespecies del rebaño.
(Reporte de Matt McKnight; edición de Diane Craft y Alistair Bell)