La inseguridad alimentaria y la desnutrición aguda en Somalia no han alcanzado los niveles de «hambruna de fase 5 de la CIF» entre octubre y diciembre de 2022, aunque la situación allí sigue siendo de crisis, dijeron el martes agencias de la ONU y grupos de ayuda.
La evaluación fue emitida por la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC), que establece el estándar mundial para determinar la gravedad de las crisis alimentarias.
Las organizaciones humanitarias han advertido durante meses que partes de la región de la bahía de Somalia estaban al borde de la hambruna debido al impacto de una sequía de dos años, agravada por el aumento de los precios mundiales de los cereales y una insurgencia islamista de larga data.
El IPC dijo en un informe que luego de los encomiables esfuerzos de respuesta de los actores humanitarios y las comunidades locales, la situación de inseguridad alimentaria y desnutrición aguda no ha alcanzado niveles de hambruna.
“Sin embargo, la crisis subyacente no ha mejorado y los resultados aún más terribles solo se evitan temporalmente. Las condiciones extremas prolongadas han resultado en un desplazamiento masivo de la población y un exceso de muertes acumuladas”, dijo el IPC.
Última hambruna de Somalia en 2011, mató a más de un cuarto de millón de personas. Algunos trabajadores humanitarios han advertido que esta vez podría ser incluso peor que en 2011.
La sequía ha devastado el campo somalí, dejando cosechas marchitas y matorrales salpicados de cadáveres de ganado demacrado.