El último giro en la política ya volátil de Malasia está destinado a elevar las temperaturas en los próximos días. La oposición, que ha criticado la campaña de corrupción contra los líderes de Bersatu como un enjuiciamiento selectivo por parte de la nueva administración de Anwar, ha señalado que aumentaría el apoyo público contra el gobierno con reuniones de oración y protestas.
Anwar, que ha hecho de la represión de la corrupción generalizada el punto central de su administración, ha desestimado las acusaciones de que los movimientos contra Bersatu tenían motivaciones políticas.
Los asesores cercanos a Anwar también señalaron que las investigaciones y los cargos presentados contra Bersatu por el MACC y el Fiscal General fueron llevados a cabo por los jefes de las dos agencias designadas previamente por el gobierno de Muhyiddin.
La gran prueba llegará dentro de un par de meses cuando seis estados, incluidos los tres controlados por el PAS, celebren elecciones simultáneas para sus respectivas asambleas estatales, una votación que se está convirtiendo rápidamente en un referéndum sobre el gobierno de Anwar.
PH espera mantener el control en Selangor, Negeri Sembilan y Penang en las próximas elecciones estatales y ganarse el apoyo de PAS con la ayuda de UMNO en los estados del cinturón malayo.
Un resultado que mantenga el statu quo será neutral para el prestigio político de Anwar. Pero cualquier revés electoral serio en los estados donde actualmente gobierna el PH generaría serias dudas sobre la legitimidad de Anwar como primer ministro.
Leslie Lopez es una corresponsal senior de CNA Digital que informa sobre asuntos políticos y económicos en la región.