Los científicos han descubierto lo que puede ser la primera red social del mundo, una cadena de comercio y comunicación que conectaba a los humanos antiguos en el sur y el este de África hace unos 50.000 años. El avance fue posible gracias a un rastro de pequeños artefactos: cuentas hechas de cáscaras de huevo de avestruz, una de las primeras formas de adorno personal.
Investigadores con sede en Alemania estudiaron más de 15000 de estas cuentas desenterradas en 31 sitios que abarcan 1800 millas del continente africano. El análisis del grosor y el diámetro de la concha de las cuentas encontró que los cazadores-recolectores las habían fabricado en una forma y estilo «casi idénticos» a pesar de las grandes distancias que separan a cada comunidad, lo que sugiere una red regional coherente. El estudio, publicado en Naturaleza, sugirió que las cuentas se intercambiaran como símbolos para fortalecer alianzas.
«Es como seguir un rastro de migas de pan», dijo Jennifer Miller, coautora del estudio e investigadora del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena. el guardián. “Las cuentas son pistas, dispersas en el tiempo y el espacio, esperando ser notadas”.
Las cuentas de cáscara de huevo de avestruz, todavía fabricadas por las comunidades indígenas africanas en la actualidad, se encuentran entre las formas más antiguas conocidas de auto-adorno en el registro arqueológico, con evidencia de su uso que data de hace 75,000 años. Los científicos creen que el tipo de decoración más antiguo probablemente fue el ocre, un pigmento de arcilla de color óxido que ha sido utilizado por los humanos durante al menos 200.000 años.
El estudio de la autodecoración ha sido fundamental para revelar las habilidades cognitivas y los patrones sociales de los humanos prehistóricos. Las joyas de cáscara de huevo ilustran de manera crucial cómo y cuándo los humanos comenzaron a modificar las formas naturales en una variedad de formas con fines estéticos y prácticos.
La ruta descubierta por los investigadores también ayudó a los científicos a establecer que un «mosaico de poblaciones» en el sur y el este de África estaban en comunicación. No está claro si las cáscaras de huevo estudiadas se comercializaron directamente o si se compartió el conocimiento de cómo fabricarlas.
Sin embargo, lo que está claro es que la red social más antigua del planeta finalmente se derrumbó. Hace unos 33.000 años, el uso de cuentas desapareció del sur de África, pero siguió siendo popular en el este de África. Los autores proponen que las «circunstancias ambientales» causaron la división regional.