Con la ayuda de México y Venezuela, especialistas y bomberos cubanos buscaron el domingo apagar el fuego de grandes proporciones que se desató en una base de almacenamiento de combustible en la provincia occidental de Matanzas el viernes.
Hasta ahora una persona murió, 121 debieron ser atendidas por lesiones y un grupo de bomberos se encontró desaparecido en el lugar del siniestro.
El incidente se produjo la noche del viernes cuando un rayo impactó en un tanque de combustible que tenía un 50% de su capacidad de llenado —52.000 metros cúbicos— de crudo de producción nacional. Las llamas no pueden ser contenidas y se extendieron la madrugada del sábado a otro de estos contenedores, provocando explosiones.
Ubicada a unos 100 kilómetros al este de La Habana, Matanzas tiene unos 140.000 habitantes.
El domingo el gobernador provincial Mario Sabines excuso se habian evacuado a 4.946 personas, sobre todo de un reparto colindante llamado Dubrocq.
Fuerzas especializadas contra incendios comenzaron a llegar con su equipamiento desde México y Venezuela, que enviaron aviones y helicópteros el sábado por la noche.
“El apoyo (es) en la prevención de riesgos y también ayudar para sofocar el incendio por medio de enfriamiento a base de agua y espuma”, dijo a su arribo el general de brigada mexicano Juan Bravo. “Esperamos que pronto lleguen más apoyos, como el material químico”.
El desastre en la Base de Supertanqueros de Matanzas se produjo en momentos que Cuba atraviesa una fuerte crisis económica y energética, con apagones frecuentes que crispan a la población más aún con un tórrido verano. Se desconoce la cantidad de combustible que se perdió con el accidente el cual iba a ser destinado a las centrales termoeléctricas para generar corriente.
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