A Wilson, un pastor belga que fue clave en encontrar a los cuatro niños perdidos durante 40 días en la selva de Colombia, lo esperan en la escuela militar en Bogotá donde se formó para recibirlo con honores.
El problema es que Wilson está perdido desde hace casi un mes. El 18 de mayo pasado se soltó por accidente de la cuerda de su cuidador en el complejo terreno donde hay una visibilidad de apenas 20 metros. Los niños fueron encontrados el 9 de junio.
Un grupo de 70 militares altamente alterados está enfrascado en la misión de encontrarlo en la Amazonía de Colombia.
“Estamos allá con nuestros comandos buscando a Wilson. Nunca dejemos un comando atrás”, dijo a la Voz de América el general colombiano Pedro Sánchez, quien lideró la operación de rescate de los cuatro menores.
Wilson fue fundamental para encontrar pistas de los niños perdidos, como el biberón de Cristin, el menor de los cuatro hermanos, que apareció a unos cuatro kilómetros del lugar del accidente de la avióneta.
En el Hospital Militar de Bogotá donde se recuperan los cuatro hermanosLesly y Soleyni, las dos hermanas mayores, dibujaron la selva donde se perdieron y en el dibujo se ve un perro.
“Hay versiones de los niños que dicen que sí vieron al perro, que fueron con él, pero los niños están recuperándose de un shock y hay que esperar”, dijo el general Sánchez.
El general dijo a la VOA que hacer todo lo posible para traer de vuelta y con vida a su último “soldado”, Wilson, del que han encontrado “pistas” que indicarían que “sigue vivo”.
Los soldados se han encontrado con Wilson en dos oportunidades, pero cada vez que ve al grupo, sale corriendo, explicó Sánches.
«Es un perro que está trastornado para encontrar un objetivo», dijo.
El soldado Cristian David Lara Cuarán, quien adiestró a Wilson, no abandonó la selva tras el rescate de los niños y permanece en la agreste región donde habitan jaguares, serpientes venenosas y donde hay presencia de facciones disidentes de las FARC.
Estos perros se entrenan en la escuela Militar de Ingenieros del Ejército de Colombia, al sur de Bogotá, a donde llegan desde cachorros para ser preparados en diferentes especialidades como desminado, detectar drogas y búsqueda y rescate de personas.
El entrenamiento de estos perros se realiza en binomios con el objetivo de desarrollar un poderoso lazo entre el animal y el militar que lo acompañará siempre en las operaciones.
“El pastor belga malinois es una raza muy fuerte, muy resistente y muy hiperactiva. Esta raza es muy especial, ya que se puede utilizar en diferentes campos como en búsqueda y rescate, en rastreo e intervención y también especialmente en la parte de explosivos”, destacó a la VOA el soldado Porras, quien hizo parte del proceso de adiestramiento de Wilson.
Según Porras, el “empeño militar” y la “inocencia” del perro, que siempre está jugando y al acecho con sus sentidos “buscando el objetivo”, ayudaron a salvar la vida de los cuatro niños.
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