Los enfrentamientos entre el ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) se intensificaron el domingo, cuando la guerra en la capital del país y las regiones occidentales entró en su semana 12 sin intentos a la vista de lograr un final pacífico del conflicto.
Se escucharon ataques aéreos y de artillería, así como fuego de armas pequeñas, particularmente en la ciudad de Omdurman, así como en la capital, Jartum, ya que el conflicto profundiza una crisis humanitaria y amenaza con atraer otros intereses regionales.
Las RSF dijeron que derribaron un avión de combate del ejército y un dron en Bahri, en declaraciones a las que el ejército no respondió de inmediato.
“Estamos aterrorizados, cada día las huelgas son peores”, dijo Nahid Salah, de 25 años, que vive en el norte de Omdurman, por teléfono a Reuters.
Las RSF han dominado la capital sobre el terreno y han sido acusadas de saquear y ocupar casas, mientras que el ejército se ha centrado en ataques aéreos y de artillería.
El jefe del ejército, Abdel Fattah al-Burhan, instó la semana pasada a los jóvenes a unirse a la lucha contra las RSF y el domingo el ejército publicó fotos que, según dijo, eran de nuevos reclutas.
El Sindicato de Médicos de Sudán acusó a las RSF el sábado de allanar el hospital de Shuhada, uno de los pocos que aún funcionan en el país, y matar a un miembro del personal. RSF negó la acusación.
La guerra también ha golpeado ciudades en las regiones occidentales de Kordofán y Darfur, en particular la ciudad más occidental de El Geneina, donde las RSF y las milicias árabes han sido acusadas de limpieza étnica.
La Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer, una agencia gubernamental, dijo el sábado que había registrado 88 casos de agresión sexual, que según dijo era una fracción del total real probable, en Jartum, El Geneina y Nyala, capital de Darfur del Sur, con víctimas en la mayoría de los casos acusando a las RSF.
Las conversaciones organizadas en Jeddah y patrocinadas por Estados Unidos y Arabia Saudita se suspendieron el mes pasado, mientras que el ejército criticó un intento de mediación de los países de África Oriental, ya que acusó a Kenia de parcialidad.
La semana pasada, el jefe del ejército Abdel Fattah al-Burhan y su adjunto en el Consejo Soberano del país, Malik Agar, expresaron su apertura a cualquier intento de mediación por parte de Turquía o Rusia, aunque no se han anunciado esfuerzos oficiales.