Los arqueólogos en San Casciano dei Bagni, en la Toscana, Italia, han encontrado ofrendas en forma de partes del cuerpo cerca de las aguas termales de la zona, famosas desde hace mucho tiempo por sus poderes restauradores. CNN informó el miércoles.
Los arqueólogos descubrieron ofrendas en forma de recién nacidos, úteros, penes, senos, orejas y otras partes del cuerpo enterradas en el lodo del fondo de las piscinas. Las ofrendas, que datan de los etruscos preitálicos del siglo IV a. C., sugieren que los baños termales se consideraban sagrados por sus poderes curativos.
Estas ofrendas, aseguran los expertos, correspondían a las partes del cuerpo con las que el adorador necesitaba ayuda, y las piscinas estaban particularmente asociadas con la ayuda a la fertilidad y la salud de los niños, como lo demuestra la cantidad de símbolos de fertilidad y la presencia de un estatua de la diosa de la fertilidad, Isis, y la diosa de los primogénitos, Fortuna Primigenia.
“Los descubrimientos nos dicen mucho sobre las antiguas comunidades de Italia y avanzan en nuestra investigación sobre su paisaje social, cultural y religioso con respecto a la naturaleza sagrada del agua caliente”, dijo el arqueólogo Jacopo Tabolli, director científico del proyecto de excavación y profesor de estudios etruscos en Universidad de Siena para Extranjeros, dijo CNN.
Tabolli también explicó que la connotación de la primavera con la fertilidad perduró hasta bien entrada la época moderna. “Hasta hace 50 años, las mujeres de los pueblos que tenían problemas para concebir un hijo acudían a los baños termales con la creencia de que el agua les relajaría el útero”, dijo Tabolli.
En el sitio se descubrió una ofrenda en forma de útero hecha de bronce, un ejemplo raro y valioso de una estatuilla generalmente hecha de terracota, lo que revela la importancia de estos manantiales.
“Lo que hace único a este yacimiento en todo el Mediterráneo es el excepcional estado de conservación, y la [evidence] establece cómo las prácticas médicas de agua caliente se consideraban curativas bajo la protección divina”, dijo Tabolli. “La cantidad y la calidad de los objetos recuperados también son sorprendentes: sabíamos que había algo allí abajo, pero no esperábamos una sorpresa así.