Un grupo de arqueólogos saudíes y franceses que trabajaban en un sitio al suroeste de la capital de Arabia Saudita, Riyadh, descubrió un asentamiento de 8.000 años de antigüedad.
Dirigido por la Comisión del Patrimonio Saudita, el equipo descubrió los restos de la era neolítica mediante escaneo láser, fotografía aérea, drones y varias formas de topografía. Los arqueólogos ubicaron el asentamiento en Al-Faw, un sitio arqueológico que previamente arrojó evidencia de una fuerte red comercial que sostenía una ciudad antigua.
A lo largo del borde del monte Tuwaiq, encontraron un templo de piedra y piezas de un altar. Los arqueólogos dijeron que estos proporcionan una comprensión más profunda de las prácticas religiosas en la ciudad antigua en ese momento.
El antiguo asentamiento estuvo acompañado por 2.807 tumbas de diferentes épocas. El suelo de esta zona estaba adornado con inscripciones rupestres devotas, una de las cuales estaba dirigida al antiguo dios Khaal.
El equipo también identificó los cimientos de cuatro edificios monumentales, torres de esquina y patios al aire libre, todos los cuales contenían depósitos subterráneos para almacenar agua para uso agrícola. Además, los arqueólogos encontraron evidencia de un intrincado sistema de riego que tenía canales y cisternas, que se habrían utilizado para regar varios campos agrícolas. El acceso al agua permitió que la ciudad prosperara en medio de uno de los desiertos más áridos.
Los dibujos rupestres grabados en la montaña Tuwaig encontrados en el sitio muestran actividades diarias como pelear, cazar y viajar.
Si bien las excavaciones y el trabajo de campo en Al-Faw han estado en curso durante los últimos 40 años, este descubrimiento de asentamiento humano ha ofrecido una visión más completa de la vida religiosa en la ciudad antigua. Previamente, los arqueólogos han descubierto áreas residenciales, mercados, templos y tumbas, que se han detallado entre siete libros publicados anteriormente sobre el sitio.