¿Los primeros ancestros de las ballenas continuaron donde lo dejaron los mosasaurios hace 66 millones de años, después de la extinción de todos los grandes reptiles marinos depredadores? Un estudio realizado por Rebecca Bennion, estudiante de doctorado en el EDDyLab de la Universidad de Lieja (Bélgica), ha analizado las posibles convergencias en morfología y comportamiento que pueden existir entre estos dos grupos de grandes depredadores marinos. Esta investigación ha sido publicada en la revista Paleobiología.
Muchos de nosotros estamos familiarizados con las ballenas y los delfines modernos. Sin embargo, los ancestros extintos de estos mamíferos marinos modernos guardan un extraño parecido con formas anteriores de vida marina, en particular los mosasaurios, un grupo completamente extinto estrechamente relacionado con las serpientes y los lagartos. «Se han observado similitudes superficiales durante mucho tiempo, pero la idea de que estos dos grupos podrían ser funcionalmente similares nunca se ha probado rigurosamente», explica Rebecca Bennion, estudiante de doctorado en EDDyLab de ULiège y primera autora del estudio.
La investigación, que acaba de ser publicada en la revista Paleobiología y fue llevado a cabo por un equipo internacional de científicos con sede en Europa, EE. UU. y Nueva Zelanda, investigó el potencial de evolución convergente de la morfología del cráneo entre cetáceos y mosasaurios ancestrales. Para hacer esto, se registró una variedad de características funcionales y biomecánicas a partir de escaneos tridimensionales (3D) de alta resolución de cráneos de ambos grupos. «Nuestro laboratorio ha reunido una amplia biblioteca de escaneos 3D de fósiles, lo que nos permite explorar en detalle preguntas sobre la evolución a gran escala», explica el Prof. Valentin Fischer, paleontólogo y director del EDDy Lab en ULiège.
Si bien los cetáceos y los mosasaurios inicialmente tenían características ecológicas bastante diferentes, este estudio encontró que, sin embargo, varias especies habían adquirido una morfología bastante similar y, por lo tanto, mostraban una convergencia evolutiva. «Esta convergencia entre los primeros cetáceos y los mosasaurios nos dice más sobre las características físicas necesarias para que los grandes depredadores marinos evolucionen de manera óptima», dice el investigador de EDDyLab, el Dr. Jamie MacLaren, «Muchos miembros de estos grupos se vuelven muy similares en sus características ecológicas, lo que sugiere presiones selectivas similares». sobre estos animales a pesar de estar separados por decenas de millones de años. Sin embargo, quedan diferencias importantes entre los dos grupos a pesar de estos ejemplos de convergencia. «Nuestros resultados muestran lo que se llama ‘convergencia incompleta’, con diferencias que se mantienen debido al origen mamífero o reptil de cada grupo», continúa Rebecca Bennion.
Los cetáceos modernos son de hecho un grupo que sigue siendo científicamente muy interesante de estudiar, queda por ver qué tan diversa es su morfología y ecología en comparación con otros animales marinos fósiles. Esta investigación es solo la punta del iceberg; una mayor investigación sobre la convergencia de los animales marinos a través del registro fósil nos ayudará a comprender las limitaciones que la evolución impone a los organismos acuáticos y cómo las superan.
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Materiales proporcionado por Universidad de Lieja. Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.