Casi un año después de ser elegido presidente de la mayor organización indígena del Ecuador (CONAIE), Leonidas Iza Salazar vuelve a liderar un paro nacional en Ecuador. Esta vez la protesta apunta hacia algunas de las políticas del gobierno del presidente Guillermo Lasso.
En octubre de 2019, junto a Jaime Vargas, entonces presidente de CONAIE, Iza lideró un levantamiento popular contra el gobierno del entonces presidente Lenín Moreno, después de que anunciara su decisión de eliminar el subsidio a los combustibles.
Luego de 12 días de protestas, que estuvo salpicada de violencia y dejó una decena de desaparecidos y que terminó paralizando prácticamente a todo el país, Moreno se vio obligado a ceder en su intención y derogó la medida, gracias a la intermediación de la Organización de Naciones Unidas.
El acuerdo de 2019 puso en evidencia la fortaleza de la organización frente al gobierno de Moreno, así como el liderazgo de sus líderes, entre ellos Iza.
Este dirigente que vuelve a ser noticia es visto como un hombre de decisiones firmes, admirado por las bases indígenas, pero también muy criticado por buena parte de la clase política y por quienes rechazan los daños generados en el país durante la huelga de 2019.
El rostro de Iza ha estado en la palestra persistentemente pública en los últimos tiempos.
Hace apenas tres meses, en marzo pasado, Iza fue beneficiario, junto con más de 250 personas, de una amnistía concedida por la Asamblea Nacional a personas que participaron en el levantamiento de 2019 ya defensores de la naturaleza.
Sobre el líder indígena pesaban investigaciones abiertas por la Fiscalía, entre las que constan supuestos delitos de rebelión, terrorismo y secuestro, aunque en su pasado también constan procesos abiertos por otras causas, como “uso ilegal de suelo o tráfico de tierras”, según la Función Judicial.
Sobre la vida privada del indígena no se conoce mucho. Se destaca a menudo su humilde origen, nacido en una pequeña comunidad de la provincia andina de Cotopaxi y su participación en diversas actividades políticas desde su juventud.
Su imagen pública incluye una larga cabellera siempre recogida, como suelen llevar algunos indígenas. Se destaca por sus posiciones políticas y algunos de los que le conocen dicen que tiene el don de imponer sus ideas entre ayudar.
La dirigente y exasambleísta Lourdes Tibán, una de las más reconocidas en el movimiento indígena, se refirió a Iza como “su autoridad” y defendió su gestión al frente de la organización.
“Pensaron que si Leonidas va a la cárcel, no habrá quién salga a dar la cara en la movilización”, dijo Tibán en una entrevista reciente con la estación local Majestad.
El respeto que se ha ganado motivó a que la movilización popular adquiriera mayor fuerza, sobre todo tras su detención en la provincia de Cotopaxi en la medianoche del 14 de junio pasado, al inicio del paro.
Gracias a la presión ejercida por los manifestantes, el arresto solo apareció un día.
Entre los políticos ecuatorianos ha habido diferentes posiciones sobre el presidente de la CONAIE.
Guillermo Lasso dijo el 4 de enero pasado en una entrevista desde el Palacio de Gobierno que “lo que [Iza] quiere (…) es tumbar el gobierno”.
El expresidente Rafael Correa en cambio ha dicho que tiene “una buena impresión” de Iza.
La convocatoria de Iza ha movilizado a miles de indígenas desde las comunidades andinas hasta la capital ecuatoriana.
Su lucha se plasma en los 10 pedidos que planteó la CONAIE desde el inicio de las protestas, entre ellos reducir el precio del combustible, dar más plazo para los pequeños agricultores pagar sus deudas, mejorar el sistema de salud y poner límites a la expansión de la explotacion del petroleo y minas.
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