Los peruanos digerían el jueves la destitución y detención del expresidente Pedro Castillo, quien permanece en la misma cárcel donde se encuentra detenido Alberto Fujimori, el exmandatario que en la década de 1990 también dispuso, pero con éxito, el cierre del Congreso.
Castillo, que no tuvo a su lado al ejército y al pueblo peruano el miércoles cuando intentó instalar un «gobierno excepción», está siendo investigado ahora por el delito de conspiración y rebelión y este jueves está programada una audiencia judicial para evaluar el pedido de detención preliminar en su contra.
Equipos de fiscales culminaron en la madrugada diligencias simultáneas en el palacio de gobierno y varias sedes ministeriales en busca de pruebas contra el expresidente, que estuvieron casi 17 meses en el poder.
Temprano por la mañana un par de congresistas afines a Castillo trataron de visitarlo en el recinto policial donde permanecerá desde ayer, pero no podrán entrar.
Uno de ellos, Kathy Ugarte, dijo a los periodistas: “Mientras la justicia no investigue y vea su inocencia o no, la presunción de inocencia existe. No ha firmado ningún documento, solo fue un decir (…) Para mí no es golpista. Es un presidente que ha sido acorralado frecuentemente, constantemente por la oposición”.
Este jueves y el viernes son días feriados en Perú y las calles de las principales ciudades lucen calmadas, por ahora. No se han registrado convocatorias masivas ni a favor ni en contra de la destitución de Castillo, pero esto podría cambiar en los próximos días si la nueva presidenta Dina Boluarte no logra colmar las expectativas, según los analistas.
“[Boluarte] tiene la tarea de dar una respuesta efectiva a las diferentes demandas que tiene el país, como la conformación de un nuevo equipo de ministros, que debe estar formado no solo por técnicos, sino por personas con capacidad profesional, distintas a los que hemos tenido estos meses”, dijo al medio local PVP el analista político, Paolo Vilca.
Vilca hizo referencia a una de las principales críticas que tuvo Castillo: el nombramiento de funcionarios cuestionados y poco preparados para los cargos. En lo que hizo su gobierno, hubo más de 70 ministros.
La presidenta Boluarte tiene previsto reunirse con los gobernadores regionales del país y el representante de estos funcionarios, Jean Paul Benavente, ya ha adelantado que pedirán que se convoque a nuevas elecciones para poder salir de la crisis política por la que atraviesa el país.
En su discurso al tomar el poder, Boluarte afirmó que se quedaría en el cargo hasta el 2026, cuando termine el período por el que fue elegido Castillo el año pasado.
“Que se vayan todos” ha sido la frase más escuchada en los últimos meses entre los peruanos, hartos de años de crisis política producida por el fuerte enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, además de graves casos de corrupción, que ha provocado 6 presidentes en 6 años.
“Estábamos en una incertidumbre total, en una pelea entre Ejecutivo y Legislativo que no nos llevó a nada, porque no se gobernaba, no se veían los problemas sociales ni económicos”, dijo a la Voz de América Gonzalo Talavera, un taxista que como millas de peruanos empezó su día muy temprano para poder sostener a su familia.
“Espero que esta señora Dina Boluarte tenga un gabinete de consenso, de todas las bancadas y que tome en cuenta a gente capacitada para que el país otra vez se enrumbe, que se escuche a todas las voces”, agregó.
[Con reporte adicional de Rodrigo Chillitupa Tantas]
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