Los bolivianos reportan desde hace semanas escasez de dólares y dificultades para realizar transacciones en bancos, casas de cambio y empresas de giro, una situación inusual que es atribuida desde el gobierno del presidente Luis Arce a “afanes especuladores”.
Para responder a la súbita demanda, el Banco Central de Bolivia (BCB) puso a la venta la divisa estadounidense en sus propias oficinas. Sin embargo, las filas persisten y la incertidumbre en la población aún está latente.
“He comprado 100 dólares de a 20 en la casa de cambio porque mi nieto tiene que ir al Japón. No me quisieron dar más porque dicen que no hay. No entiendo, toda la vida han tenido dólares en cantidad, yo no sé por qué ahora está así”, dijo Dora Villazón, una boliviana residente de Cochabamba, en el centro del país.
Diego Muría, otro boliviano que sigue atento a la situación, dijo que hay desesperación de la gente para comprar dólares, lo cual después puede generarles pérdidas si baja el precio de la divisa.
Otros usuarios dijeron que en el banco se han negado a entregarle la cantidad en dólares que solicitan y que les han ofrecido la suma al cambio en bolivianos.
¿Se mantiene estable la economía boliviana?
El gobierno ha sido enfático en señalar que la economía boliviana es fuerte.
“Lo que hemos hecho es generar un conjunto de políticas en materia monetaria y eso nos ha permitido ir controlando estos afanes especuladores”, dijo el presidente del BCB, Edwin Rojas.
Sin embargo, el consultor financiero Jaime Dunn dijo a la Voz de América que las explicaciones y medidas que está asumiendo el BCB son “insuficientes y no solucionan el problema de fondo”.
El experto apunta como causa del problema la falta de inversión en el sector de hidrocarburos, la reducción gradual de las reservas internacionales y un elevado déficit fiscal.
“Al gastarse más de lo que se tiene en ingresos, se empieza el país a endeudar por un lado y por el otro a consumir rápidamente las reservas, y por supuesto, la población empieza a tomar conocimiento de los niveles de reservas y los niveles bajos a los que se ha llegado y eso empieza lamentablemente a generar especulaciones”, explicó Dunn.
El gobierno ha destacado constantemente como uno de sus logros la inflación más baja de la región, a pesar de la pandemia, pero un dato reciente ha elevado las alarmas: los bonos soberanos de Bolivia han generado pérdidas de casi un 7% este año, el tercer peor desempeño en el mundo, según un índice de Bloomberg, difundido el 6 de marzo.
Según el Ministerio de Economía, Bolivia cerró el 2022 con un déficit fiscal del 7,2%, por debajo de lo proyectado de 8,5%, por encima de sus niveles
Fitch Ratings baja la calificación de Bolivia a B-
En medio de este panorama, el martes se supo que la calificadora internacional Fitch Ratings Bajó la calificación soberana de Bolivia a “B-”, desde “B”, es decir, de Estable a Negativa, observando también las medidas asumidas por el gobierno.
“La rebaja de la calificación de Bolivia de ‘B’ a ‘B-‘ refleja el agotamiento de sus reservas de liquidez externa, lo que, a la luz de una vinculación monetaria, ha amenazado en gran medida la incertidumbre a corto plazo y los riesgos macroeconómicos”, indica el informe de Fitch Ratings.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, rechazó el informe y cuestionó que Fitch Ratings no haya tomado en cuenta la estabilidad económica del país tras la pandemia y el contexto global externo.
“No compartimos esa idea de Fitch Rating. Les hemos mandado una nota para que ellos estén enterados de que no estamos de acuerdo con estos elementos”, dijo Montenegro.
En el informe no se ha evaluado que Bolivia, «en un ambiente de volatilidad e incertidumbre, ha sabido mantener la estabilidad de precios, que eso le interesa al pueblo boliviano, ha rebajado el déficit fiscal de 12,6% a 7,2% Es un esfuerzo importante”, agregó.
El economista y exdirector del Banco Central de Bolivia José Gabriel Espinoza descubrió que este informe internacional responde a algunos factores determinantes, entre ellos la incertidumbre del mercado sobre la capacidad de las autoridades para manejar esta situación, así como la disminución de la producción de hidrocarburos» que ha convertido al país en un importador neto de energía y también la falta de transparencia en la publicación de los indicadores económicos”.
“La realidad que estamos observando hoy es que existe una imposibilidad del gobierno de tener divisas necesarias para llevar adelante el cumplimiento de las obligaciones de manera adecuada y normal, como se vio hasta diciembre, y es probable que se tenga que ajustar las previsiones que usó el ministro (Montenegro) como argumentos para descalificar el informe de Fitch”, agregó Espinoza.
Mientras tanto, el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, advirtió a los denominados “librecambistas” y casas de cambio que venden el dólar más caro que es un delito y la sanción es de 10 años de cárcel.
El precio oficial del dólar está fijado en 6,96 bolivianos.
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