El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, será enjuiciado por supuestos delitos de corrupción ante la Asamblea Nacional, en un proceso que recibió luz verde por la Corte Constitucional ecuatoriana y podría resultar en la destitución del mandatario.
El Parlamento tiene ahora un plazo de 45 días para completar el juicio político a Lasso, en un procedimiento que comenzó el viernes, solo dos días después de la sesión extraordinaria de la Corte, que concluyó la solicitud de la Asamblea con seis votos a favor sobre tres en contra.
«Lo que corresponde ahora es pasarlo (el proceso) a la Comisión de Fiscalización (de la Asamblea), que tiene 30 días para tramitar el juicio dividido en tres períodos de diez días cada uno. Diez días para notificar al presidente y pedirle que presente las pruebas de la que se cree asistido, igualmente a los acusadores», explicó a la Voz de América el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional ecuatoriana, Darwin Pereira.
A partir de este primer periodo, seguirán «diez días adicionales para que esas pruebas sean actuadas, se haga la confrontación y luego últimos diez días para que la comisión elabore su informe, que dicho sea de paso no es un informe vinculante», detalló Pereira .
«Ese informe lo conoceremos en el pleno, más o menos en el día 34 o 35 contando a partir de ahora (jueves 30 de marzo) y ahí se tomará la decisión final ya en el pleno», explicó el asambleísta, secretario general del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik que defiende los intereses de las poblaciones indígenas en el país.
Para destituir al mandatario se requiere una mayoría de 92 votos, equivalente a dos terceras partes del Parlamento unicameral, compuesto por 137 asambleístas.
«Es altamente probable que el gobierno no reciba los 92 votos necesarios para una censura, por tres factores: la mayoría de los móviles dentro del Legislativo que hace fácil que los legisladores no sigan la disciplina partidista; la gran habilidad para la operación política del ministro de gobierno; y el diseño institucional, que hace que el ejecutivo tenga la sartén por el mango con la capacidad de disolver el Parlamento, herramienta que temen los legisladores», afirmó a la VOA el politólogo ecuatoriano, Pedro Donoso.
¿De qué se acusa a Lasso?
Guillermo Lasso llegó a la presidencia de Ecuador tras resultar ganador en las elecciones de 2021 con una campaña centrada en la creación de empleo, reducción de impuestos, lucha contra la corrupción y la mejora de la sanidad.
La tercera fue la vencida para el exbanquero, que perdió en las presidenciales contra los exmandatarios Rafael Correa en 2013 y en 2017 ante Lenín Moreno. Su victoria tuvo lugar tras lograr ampliar su base más allá de la derecha tradicional.
Sin embargo, desde que asumiera la jefatura del Estado, Lasso se ha visto envuelto en varias polémicas y revueltas. Se le ha acusado de tener cuentas en el extranjero dentro del caso Pandora Papers y tuvo que enfrentar semanas de paro indigena y violentas protestas contra nuevas medidas económicas, en el verano de 2022.
En ese entonces se intentó cursar un procedimiento de destitución presidencial, que no reunió los votos necesarios en la Asamblea.
El caso que ha llevado al presidente ecuatoriano a juicio ante el Parlamento fue presentado en el órgano por una comisión de mayoría opositora, que presentó un informe sobre un presunto caso de corrupción y supuestos vínculos de allegados al poder con grupos delictivos.
La trama salió a la luz gracias a un reportaje en el diario local La Postaque sacó a la luz pública un caso que luego se conocería como «El Gran Padrino», donde se acusa a Danilo Carrera, cuñado del presidente, y al exfuncionario de Lasso, Hernán Luque, de crear una red para «saquear» las empresas públicos.
A Lasso se le acusa de participar en una supuesta trama de corrupción en empresas públicas, concusión y presunto peculado o malversación de fondos.
De acuerdo con audios presentados por La Postala red de corrupción presuntamente lucraba y decidió a quién iban los contratos con la Corporación Nacional de Electricidad del Ecuador (CNEL), la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec), Petroecuador y la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).
Los asambleístas responsabilizan al mandatario por el funcionamiento de una estructura de corrupción que se habría apropiado de fondos públicos a través de contratos de la empresa pública Flota Petrolera Ecuatoriana con la compañía Amazonas Tanker.
La solicitud presentada ante la Corte Constitucional contenía estos delitos, sin embargo, en su dictamen, desestimó las evidencias de concusión, pero decidió el de peculado.
«La mayoría del Pleno de este Organismo resolvió inadmitir las dos alegaciones al presunto delito de concusión y admitir la acusación de juicio político relacionado con el presunto delito de peculado», dijo la Corte Constitucional al publicar su decisión a través de un comunicado en Twitter .
Gobierno de Lasso defiende su inocencia
Inmediatamente después de conocerse el dictamen de la Corte Constitucional, el gobierno de Lasso reaccionó rechazando el juicio político, en un comunicado publicado por la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
La posición oficial «rechaza el juicio político, respeta la decisión de la Corte Constitucional y ratifica la inocencia del presidente Guillermo Lasso».
«A pesar de que no coincidimos con la decisión de la Corte Constitucional, respetamos el dictamen de admisibilidad sobre el juicio político al presidente de la República, Guillermo Lasso, solicitado por la Asamblea Nacional. Esta decisión, de ninguna manera, valida los argumentos planteados por la legislatura en contra del Presidente», insistió la vocería.
Lasso, quien se reunieron con la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield en Quito el miércoles, no se ha pronunciado hasta el momento de manera directa.
«Prueba de fuego» para la Constitución
«Hay que destacar que en este momento la Constitución está pasando una prueba de fuego. Recordemos que esto no se prevía en las constituciones anteriores y si hubiera sido, por ejemplo, con la Constitución del 98, ya el presidente hubiera estado fuera hace rato» , dijo Darwin Pereira.
El asambleísta aseguró que le parece «positivo» el proceso, que «ha obligado a que se actúe en un marco de legalidad, si bien esto es un proceso político, no se ha dejado afuera a la legalidad y la constitucionalidad de los actos, que es lo que mantiene un sistema», insistió el asambleísta.
Para Donoso también es motivo de festejo. «Hay que celebrar que un país como Ecuador, en dónde en la década de los 2000 eran las calles y los cuarteles los que terminaban mandatos presidenciales, hoy sean las instituciones y la Constitución funcionado la que pueden determinar estos procesos», especificó el analista y directora de la consultora de comunicación ICARE.
«Hay que celebrar que hay una Asamblea que puede recoger firmas e interpelar a un presidente, que hay una corte constitucional que puede dar o no pasar a un juicio. Es importante que en la situación de alta tensión política y fragmentación social haya válvulas de escape institucionales que administren estos conflictos», descartaron.
¿Podría Lasso activar la «muerte cruzada»?
Como presidente, Guillermo Lasso tiene a su disposición una fórmula para evitar su enjuiciamiento, que implica la activación de una figura constitucional llamada «muerte cruzada» que faculta al mandatario la disolución inmediata del Legislativo.
Tras esto, Lasso podría gobernar por decreto durante unos seis meses, antes de estar obligado a convocar elecciones.
«Hemos previsto, dentro de la Asamblea, la posibilidad de que el presidente aplique la muerte cruzada (…) lo tenemos presente, sin embargo siempre dijimos que no podemos actuar dentro de una Asamblea en base a chantajes, no podemos actuar en base a miedos», insistió el segundo vicepresidente del Parlamento.
Pereira agregó que toca a los asambleístas «cumplir nuestro rol de fiscalizar y legislar, y si en el marco de esta fiscalización, en el marco de esa legislación; pues el presidente opta por ir a por la muerte cruzada, es una potestad, es un proceso democrático, es un proceso constitucional y por supuesto un proceso legal así, que está previsto en una ley; no podemos oponernos».
«Claro está, una vez que está en juicio (el presidente) desde mi punto de vista jurídico, ya no podría mandar la muerte cruzada, porque él está siendo juzgado y con la muerte cruzada lo que haría es juzgarlo a los juzgadores. Eso rompe el principio del debido proceso», matizó el legislador.
El asambleísta recordó que «la misma Constitución protege el debido proceso» y agregó que Lasso «pudo haberlo hecho hasta antes de este juicio y lo podrá hacer después, si en este juicio sale bien librado, no hay ningún problema; pero dentro de un juicio politico me parece que no cabe la muerte cruzada«, conclusión.
Por su parte, Donoso advierte que esto parece una posibilidad «que es de probabilidad media en el corto plazo, pero alta en el mediano plazo».
«El escenario que hemos planteado y que parece el más probable es que no hayan los votos para la censura y que el escenario post fracaso del juicio sea la movilización social en dónde, ahí sí, la muerte cruzada es una herramienta de alta probabilidad», opinó el politólogo y doctor en leyes.
[Néstor Aguilera, periodista de la VOA, colaboró con este reporte desde Quito]
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en redes sociales: Facebook, Gorjeo mi Instagram.