Centenares de manifestantes desafiaron a la pandemia y marcharon el lunes en La Paz y otras ciudades de Bolivia en rechazo a un reciente decreto del gobierno que obliga a exhibir el certificado de vacunación.
La marcha fue convocada por juntas vecinales y gremios de vendedores ambulantes de la vecina ciudad de El Alto, reducto del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS). Con tapabocas, pero sin distanciamiento social, los manifestantes llegaron hasta el Ministerio de Salud y quemaron una copia del decreto gubernamental.
“No estamos en contra de las vacunas, estamos en contra de la imposición y si el gobierno no deroga el decreto volveremos a las calles”, dijo el dirigente vecinal Gregorio Quispe. A la marcha se sumaron algunas iglesias evangélicas que también rechazaron la obligación de vacunarse.
Similares protestas tuvieron lugar en otras dos ciudades. El gobierno dejó en suspenso hasta el 26 de enero el pase sanitario ante la gran demanda de vacunas que utilizó aglomeraciones y problemas logísticos en los centros de vacunación. “El plan masivo de vacunación está dando resultados porque la gente está acudiendo a vacunarse y estamos bajando el índice de letalidad (0,7%)”, dijo el ministro de Salud, Jeyson Auza.
La circulación de las variantes delta y ómicron además de un relajamiento de las medidas de bioseguridad, el bajo nivel de vacunación y las fiestas masivas en fin de año incrementaron los contagios hasta en un 170% respecto de la última semana de diciembre, según las autoridades sanitarias.
El aumento de contagios también elevó la demanda de pruebas diagnósticas.
Con 11,6 millones de habitantes Bolivia suma 4,8 millones de vacunados, 677.166 contagios y 19.983 decesos por la pandemia con una letalidad de 0,8% en la cuarta ola, según el Ministerio de Salud.
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