Diez grupos internacionales de derechos humanos acusaron el viernes al presidente tunecino, Kais Saied, de asestar “un duro golpe a la independencia judicial” después de despedir a decenas de jueces.
Saied destituyó a 57 jueces el 1 de junio, acusándolos de corrupción y de proteger a terroristas, cargos que, según la Asociación de Jueces de Túnez, tenían en su mayoría motivaciones políticas.
Los grupos, incluidos Human Rights Watch, Amnistía Internacional e International Alert, dijeron en un comunicado conjunto que las medidas de Saied eran un ataque al estado de derecho y que debería revocar de inmediato el decreto y restituir a los jueces que despidió.
Saied tomó el control del poder ejecutivo el año pasado, disolvió el parlamento y gobernó por decreto. Se enfrenta a fuertes críticas nacionales y extranjeras de que busca consolidar el gobierno de un solo hombre.
Pero el presidente, que rechaza las acusaciones, dice que busca salvar al Estado del colapso y reformar las instituciones estatales tras “una década de ruina”.
“El decreto es el último movimiento del presidente para concentrar poderes en sus propias manos”, dijeron grupos en un comunicado.
La decisión de Saied provocó la ira de los jueces, que iniciaron una huelga de una semana y se dirigían a una extensión de la segunda semana.
Entre los jueces despedidos estaba Youssef Bouzaker, el exjefe del Consejo Judicial Supremo cuyos miembros Saied reemplazó este año.
El consejo había actuado como el principal garante de la independencia judicial desde la revolución de Túnez de 2011 que introdujo la democracia.