El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ha declarado el estado de desastre para hacer frente a la crisis energética del país.
Su anuncio otorga al gobierno poderes adicionales para hacer frente a la agobiante escasez de electricidad.
En los últimos meses, la crisis eléctrica se ha agravado, afectando tanto a consumidores domésticos como comerciales.
Según el Sr. Ramaphosa, Sudáfrica emergería con una red energética más eficiente.
El presidente estaba dando un discurso anual al parlamento, que fue interrumpido repetidamente por la oposición.
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Había caos en la cámara antes de su discurso. En un momento, los miembros de Economic Freedom Fighters subieron al podio antes de verse obligados a irse.
Ramaphosa también dijo que el acceso al programa de protección de testigos para los denunciantes que expusieron la corrupción del gobierno estaba en marcha.
Pero eso brinda poco alivio a aquellos cuyos familiares fueron asesinados por denunciar la mala administración.
Para hacer frente al aumento del costo de vida, el Sr. Ramaphosa amplió los fondos de ayuda que ganan más de ocho millones de sudafricanos desempleados.
En enero, la Asociación de Médicos Funerarios de Sudáfrica advirtió que los cuerpos en las morgues se estaban descomponiendo rápidamente debido a los implacables cortes de electricidad, lo que ejercía una gran presión sobre las funerarias que luchaban por procesar los cadáveres.
Conocidos localmente como desconexión de carga, los apagones eléctricos generalizados se llevan a cabo varias veces al día por la empresa de energía estatal Eskom para evitar el colapso total de la red.
Las políticas de transición energética y los desarrollos regulatorios se iluminan en África