Los abogados y un médico de la defensa del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, en prisiones por corrupcióndijeron el martes que sufre problemas de salud e inestabilidad mental y que no se le permite recibir visitas.
La abogada Sonia Vera dijo en rueda de prensa desde Bélgica que “estamos muy preocupados porque le están suministrando una larga lista de medicamentos» en el centro penitenciario, “lo cual nos ha alarmado muchísimo”.
“No se ha dado contestación al requerimiento urgente, inmediato para que Jorge (Glas) pueda ser tratado por su médico internista”, agregó.
The Associated Press se comunicó con las autoridades penitenciarias en busca de un comentario al respecto pero no obtuvo respuesta.
Glas, vicepresidente de Ecuador entre 2013 y 2018 —durante los gobiernos de Rafael Correa y Lenín Moreno— cumple dos sentencias por corrupción en una cárcel de máxima seguridad de la ciudad de Guayaquil. Además enfrenta un proceso adicional por supuesta malversación de fondos públicos que estaban destinados a la reconstrucción de dos provincias afectadas por un potente terremoto en 2016.
Para evitar la acción de la justicia Glas, de 54 años, ingresó a multas de 2023 a la embajada de México en Quito, pero a inicios de abril la policía irrumpió en esa sede diplomática y lo capturó, una acción considerada como una grave violación a la soberanía mexicana y que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas y mutuas demandas ante la Corte Internacional de Justicia.
El médico Alejandro Barreto, quien ha visitado a Glas en prisión, expresó en la misma rueda de prensa su preocupación por su situación médica, mental y nutricional y dijo que ha habido un “empeoramiento de su cuadro clínico”.
Las autoridades penitenciarias han confirmado que el exfuncionario ha sido atendido por psicólogos, cardiólogos, neumólogos y médicos generales desde abril.
Glas ha solicitado varios recursos de habeas corpus buscando ser enviado a México o cumplir la sentencia en su domicilio, pero sus pedidos han sido rechazados por la justicia que los ha considerado improcedentes.
Hace cuatro meses fue atendido en un hospital de Guayaquil debido a una descompensación pero fue dado de alta dos días después tras evaluaciones médicas que determinaron “parámetros de salud aceptables y dentro del rango de normalidad”.
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