A fines de marzo, los precios pagados por tomates y pimientos habían aumentado un 60 por ciento en comparación con principios de enero.
Es durante el primer trimestre del año cuando los agricultores de la provincia de Almería tienen poca competencia con sus homólogos centroeuropeos pero estos últimos precios no se traducen en mayores ganancias, explican fuentes del sector agroalimentario.
“Los gastos generales se han disparado desde el otoño pasado”, dijo Antonio Navarro, presidente de la asociación de agricultores de Asaja Almería.
“Estamos saliendo de una campaña, sobre todo desde enero, con precios bastante aceptables, eso es cierto”, dijo Navarro. “Pero los beneficios son menos aceptables, sobre todo en pimientos y pepinos a pesar del aumento”.
Esto sería aún más evidente una vez que los productores equilibraran sus cuentas, ya que el agua, los fertilizantes y todos los suministros costaban más, mientras que la huelga de los transportistas también ayudó a aumentar los gastos generales, predijo.