Con el debate sobre el cambio de hora de la UE en marcha, este domingo podría ser la última vez que los europeos “retrocedan”. | Crédito: Adobe Stock
Este domingo a las 3 de la madrugada se marca otro cambio de reloj en toda Europa, ya que los relojes “retroceden” una hora, lo que marca el inicio del horario estándar. Pero también puede ser una de las últimas veces que los europeos se enfrenten a este ritual dos veces al año.
En 2018, la Comisión Europea propuso prohibir los cambios de hora estacionales después de un récord 4,6 millones de europeos expresaron sus opiniones en una consulta de la UE. Los resultados fueron claros: una amplia mayoría del 84% pidió el fin del cambio de hora, citando la salud, la seguridad y un ahorro mínimo de energía como razones clave.
¿Por qué tenemos horario de verano?
Originalmente, el horario de verano (DST) fue diseñado para reducir el consumo de energía. Introducido durante la Primera Guerra Mundial y reintroducido durante la crisis del petróleo de la década de 1970, el objetivo era maximizar el uso de la luz natural. Sin embargo, estudios recientes sugieren que los beneficios del horario de verano son prácticamente nulos en los tiempos modernos.
Según una investigación de la Universidad Carolina de Praga, el horario de verano ahorra menos del 1% del consumo anual de energía. Aún más preocupante es el hecho de que los estudios muestran que los cambios de horario dos veces al año se correlacionan con aumentos en los ataques cardíacos, los accidentes de tráfico y las alteraciones del sueño, un hallazgo respaldado por la Comisión Europea.
La propuesta de 2018 recibió un apoyo abrumador en el Parlamento Europeo, pero no avanzó tan bien como se esperaba. La implementación de una prohibición de cambio de hora requiere que todos los países de la UE acuerden un horario permanente de verano o de invierno. Dado que algunas naciones favorecen las “noches más luminosas” (horario de verano) y otras las “mañanas más luminosas” (horario de invierno), llegar a un consenso resultó complicado.
Para complicar las cosas, el Brexit metió a la República de Irlanda e Irlanda del Norte en la mezcla, con el riesgo de diferencias horarias transfronterizas si el Reino Unido se desviaba de las políticas horarias de la UE. Luego, la pandemia retrasó aún más las agendas de la UE, dejando el tema en un segundo plano.
El movimiento para abolir el horario de verano
Seán Kelly, eurodiputado irlandés, ha defendido durante mucho tiempo el movimiento para abolir el horario de verano. «Ha llegado el momento», sostiene, especialmente en la actual crisis energética, de tomar una decisión final y poner fin a los inconvenientes. Kelly y otros partidarios argumentan que eliminar el horario de verano podría incluso reducir los costos de energía de los hogares, potencialmente hasta en 500 euros al año.
¿Es este el último año en que se aplica el horario de verano?
Un grupo de 67 miembros del Parlamento Europeo (MEP) ha vuelto a poner sobre la mesa el destino del DST. El Iniciativa de uso del tiempo y otros grupos de defensa instan al Consejo de la UE a adoptar “zonas horarias naturales” que se alineen más estrechamente con la hora solar, argumentando que podrían traer beneficios sutiles pero tangibles, desde mejores patrones de sueño hasta una mayor seguridad vial.
Así que deje que esto le sirva de consuelo mientras suspira por el hecho de que oscurecerá tan temprano en las próximas semanas: el cambio de reloj de este domingo bien podría ser el último si el impulso político finalmente se alinea.
Encuentre más noticias semanales del euro