El presidente peruano, Pedro Castillo, renunció el jueves al partido Perú Libre, con el que accedió al poder, dos días después que la agrupación le dejó dejar sus filas tras acusarlo de quebrar la unidad interna.
Castillo dijo en su cuenta de Twitter que presentó su “renuncia irrevocable” al partido marxista Perú Libre ante el jurado electoral debido a su “responsabilidad como presidente de 33 millones de peruanos”. Añadió que es “respetuoso del partido y sus bases construidas en la campaña”.
Castillo se inscribió como militante de Perú Libre en septiembre de 2020, luego se convirtió en candidato presidencial y, tras vencer a la candidata conservadora Keiko Fujimori en junio de 2021, accedió al poder el 28 de julio pasado.
Desde antes de iniciar su mandato, Castillo mantuvo diferencias con el fundador del partido Perú Libre, el neurocirujano Vladimir Cerrón. Incluso en una oportunidad, en mayo de 2021, dijo a la prensa que a Cerrón “no lo van a ver ni siquiera de portero en ninguna de las instituciones del Estado”. No obstante, su primer gabinete tuvo un primer ministro, Guido Bellido, miembro de Perú Libre y aquella agrupación siguió colocando militantes en varios puestos claves del Ejecutivo.
Pero la relación entre ambos se deterioró al punto que el martes Cerrón anunció en su cuenta de Twitter que habían invitado a Castillo a abandonar la militancia y dijeron que las políticas emprendidas por el gobierno, “no guardan consecuencia con lo prometido en campaña electoral y menos con el programa e ideario del partido, implementando un programa neoliberal perdedor”.
En 11 meses de gobierno, la bancada legislativa de Perú Libre —que tenía en julio pasado 37 legisladores— ahora conserva 20, otros 17 disidentes han formado dos grupos cercanos a Castillo.
La renuncia de Castillo al partido que lo llevó al poder ocurre en medio de dos investigaciones que el mandatario afronta por criminalidad organizada y corrupción, una de la fiscalía y otra desde una comisión de fiscalización del Congreso.
La investigación parlamentaria es igual a la de la fiscalía que mantiene una hipótesis en la cual el mandatario lideraba un grupo organizado en el gobierno para adjudicar obras a cambio de dinero.
Castillo y el Parlamento gozan de elevados índices de desaprobación en todas las encuestas.
La desaprobación del mandatario es del 70%, mientras que la impopularidad del Parlamento es del 75%, según una encuesta nacional de junio de la firma Ipsos Perú.
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