Nota del editor: esta historia fue traducida de ATPTour.com/es.
Pedro Cachin es tan argentino como los demás: amable, respetuoso, amable, genuino. Los valores que absorbió en su Bell Ville natal han sido evidentes a lo largo de su carrera ATP Tour. Sin embargo, es en España, a más de 10.000 kilómetros de casa, donde el argentino de 28 años ha dado los pasos más importantes de su carrera tenística.
El lunes venció en el Mutua Madrid Open a Frances Tiafoe por 6-1, 7-6(2) para acceder a los octavos de final de un Masters 1000 por primera vez en su vida.
“Siempre me ha gustado Madrid, las condiciones aquí realmente me sientan bien”, explica el No. 67 del Ranking ATP de Pepperstone, quien aún no ha cedido un set en el torneo. «Estoy realmente feliz. Todo va mejor de lo que esperaba. Esto me ayudará a creer que pertenezco aquí, a sentir que me he ganado el derecho de estar en este tipo de torneo”.
FUEGO CACHIN ❤️???
No. 67 del mundo @pecachin1 ¡noquea a Tiafoe 6-1 7-6(2) para pasar a los octavos de final en Madrid!#MMAbierto pic.twitter.com/jVIcscMj9Z
– Televisión de tenis (@TennisTV) 1 de mayo de 2023
Hasta hace muy poco, no estaba tan seguro de sí mismo. A fines de marzo, su récord a nivel de gira de 2023 era 2-10 y la duda asaltaba su mente. Quizás la responsabilidad que conlleva jugar tu primer año completo en el ATP Tour fue una carga. Pedro decidió regresar al ATP Challenger Tour para reagruparse y buscar la confianza que tanto necesitaba. Lo encontró en un evento en España.
“Por suerte me fue muy bien en el Challenger de Madrid. Estaba convencido de que iba a dar un paso adelante y ganar partidos”, prosiguió Cachín, que llegaba al Mutua Madrid Open 2023 con un 1-2 de récord en Masters 1000. Ahora tiene marca de 4-2. “Espero que el resultado sea un punto de inflexión en mi temporada”, agregó. “Tengo fe en el proceso”.
La historia de amor de Cachin con España comenzó en algún momento de 2014. En ese momento, decidió mudarse a Barcelona y trabajar bajo la atenta mirada de Alex Corretja, el No. 2 del mundo en 1999.
“Cambió mi vida, dentro y fuera de la cancha. Es como un padre para mí”, dijo el lunes el cordobés. Corretja fue entrenador en jefe de Cachin durante cuatro años. Desde entonces no ha dejado de asesorarlo desde lejos.
“Me fui a vivir a Barcelona hace nueve años”, explica Cachin. “Se me presentó la oportunidad de trabajar con Alex Corretja. Entiende ciertos momentos del tenis como nadie. Como jugador no tenía grandes tiros, pero sí una gran cabeza y una comprensión del juego muy superior. Él encuentra la solución en tantas situaciones”.
El vínculo entre ellos, tan importante en la carrera de Cachin, fue producto de su deseo de reinventarse. Podría haber tomado el camino fácil y permanecer cerca de su familia. Cuando era adolescente, quería explorar un mundo nuevo, aunque esto a menudo significaba soledad, nostalgia y anhelo de volver a casa.
“Me comprometí a irme e invertir en mi carrera. La mejor opción era venirme a Europa y aquí sigo”, recuerda.
Puede que Cachin haya dejado su Argentina natal hace muchos años, pero su país nunca lo ha dejado a él. Prueba de ello es su amor por Boca Juniors y la selección argentina de fútbol, su costumbre de llevar mate a donde quiera que vaya y su frecuente disfrute del asado o asado argentino. Su última comida de este tipo fue en su casa de Sant Cugat del Vallés antes del ATP 500 de Barcelona. Allí estaban varios de sus compatriotas del ATP Tour, entre ellos Diego Schwartzman y Francisco Cerundolo. Fernet tampoco faltó.
Sin embargo, por muy argentino que sea, la Caja Mágica todavía tiene muchas razones para apoyarlo esta semana. Cachin es prácticamente un español en este momento, y espera vincularse aún más con la multitud de Madrid cuando se enfrente a Jan-Lennard Struff por un lugar en los cuartos de final.
“Struff ha demostrado el jugador que es, pero me siento muy bien de cara al futuro”, dijo, mirando hacia el partido del martes. “Espero disfrutarlo al máximo”.