A lo largo de tres álbumes, la música con sede en Glasgow Kathryn Joseph ha extendido gradualmente una mano amorosa hacia el exterior. Su primer, Huesos me has tirado y sangre he derramado, que ganó el premio Álbum escocés del año 2015, fue un disco intensamente personal e interior sobre la pérdida, hecho en respuesta a la muerte de su hijo Joseph (cuyo nombre adoptó posteriormente como su apodo artístico). En 2018, De Cuando despierto el deseo es presentó las historias de algunos de los seres queridos de Joseph: una joven sobrina que sufrió una enfermedad grave, amigos que perdieron temporalmente su fuerza y autoestima debido a relaciones abusivas. La música de Joseph es urgente, escasa y en gran parte sin adornos, su intensidad íntima y de combustión lenta se presenta sin distracciones ni dramatismo añadido. A menudo, sus canciones suenan como transposiciones espontáneas de sentimientos.
Al igual que sus discos anteriores, para ti que eres el agraviado toma la profanación y el dolor como tema, aunque presenta una visión más abstracta y generalizada, abordando el abuso y el trauma como temas amplios, en lugar de historias individuales. Ahora, extendiendo una mano a cualquiera que pueda tomarla, Joseph usa el dolor como un punto de entrada a la conexión humana. Desde su lugar de abyección, ofrece paz y bondad amorosa, animando a quien escucha su música a encontrarse en ella ya buscar el poder. Para hacer esto, convierte un tema brutal, la violencia de aquellos que usan su amor para abusar, en un registro suave y soporífero, no muy diferente a una especie de ASMR de verdadero crimen.
Su marca luminosa de minimalismo hace uso de una paleta de sonidos muy limitada y pintoresca. Ella toca cada una de estas canciones en un teclado con el tenue centelleo de una caja de música, casi en su totalidad en un compás ondulante de 3/4, ritmos sin batería girando en un vals incesante. Su voz temblorosa, con sus diminutas colas de reverberación, establece una cercanía y una lejanía simultáneas. En su expresión cursiva e intensidad diminuta, recuerda a la cantante sueca Stina Nordenstam. Paradójicamente, Joseph lleva la mayor parte de su intensidad vocal dentro de la disminución de cada nota. En “hasta la verdad de ti”, su vibrato suena como el aleteo agitado de un pájaro, y en su estribillo exigente, jadea por ser escuchada.
Cada elemento del álbum, los sonidos de la voz y las teclas de Joseph, junto con el leve adorno de los sintetizadores modulares del colaborador Lomond Campbell, reverbera tanto como su aliento puede soportar. Joseph lucha contra el espacio negativo, transmitiendo su impulso esencial de comunicar y la inadecuación de sus claves para transponer su furor emocional. El contraste es inmaculado y, en ocasiones, insoportable, dotando a los sonidos más pequeños de un impacto monumental. En la canción que da título al título, Joseph es al mismo tiempo más salvaje y refrenado; su susurro se convierte en un gemido, aunque se contiene en un gorjeo ante el más mínimo indicio de catarsis. Suena como la tensión insoportable de querer gritar fuera de tu propio cuerpo pero solo ser capaz de manejar un silencio aullador.