La pandemia del coronavirus reveló la utilidad de las herramientas digitales y los datos a la hora de crear políticas públicas pero también puso en evidencia la brecha digital en las sociedades, aseguró el catedrático de filosofía política Daniel Innerarity.
“Uno de los grandes aspectos de la pandemia es que la digitalización no era igualitaria, beneficia a los que están más capacitados frente a los que no están”, expuso Innerarity en una conferencia virtual el martes.
La distribución desigual en el acceso a servicios de internet afecta a un 32% de la población en Latinoamérica, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo. La brecha digital en la región también está afectada por las desigualdades sociales y geográficas: mientras que un 71% de la población en las ciudades tienen opciones de conectividad, solo un 37% en áreas rurales puede acceder a internet, según un informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
En la misma línea, un 81% de los hogares con ingresos más altos en la región tiene conexión a internet, en comparación con un 38% de los hogares con menores, ingresos de acuerdo con un Informe de la CEPAL.
Para Innerarity, investigador en la Universidad del País Vasco, en España, la lucha contra las desigualdades digitales es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la sociedad actual.
“Si hemos sido capaces las sociedades coincidieron de combatir algunos tipos de pobreza, ahora tenemos otra batalla (…) la lucha contra la pobreza digital que requiere unos mecanismos distintos”, dijo el catedrático en la conferencia organizada por la Organización de los Estados Americanos.
La falta de acceso a internet profundiza las brechas en el acceso a la salud o educación ya existente, verificó la CEPAL en su informe.
“Ese bajo porcentaje limita o impide el acceso al teletrabajo, la educación en línea y los servicios de salud electrónica, así como a otros bienes y servicios ofrecidos por las plataformas e instituciones públicas, lo que amplía las brechas preexistentes”, explica el informe.
La brecha digital, sin embargo, no es igual en todos los países de la región: en Brasil y Chile, más del 60% de los hogares con menores ingresos tiene conexión a internet, mientras que en Bolivia, Paraguay y Perú, solo el 3 % la tiene, argumenta la CEPAL.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien presentó al catedrático en la conferencia virtual, aseguró que las herramientas digitales pudieron “servir para fortalecer el estado derecho” y ayudar a buscar soluciones para las desigualdades.
“En nuestra región, la mas desigual, necesitamos soluciones innovadoras para reducir las brechas sociales, la exclusión y la discriminación”, expuso Almagro.
Gobernar es cada vez más una “cuestión algorítmica”
La pandemia del COVID-19 también puso a prueba las herramientas digitales y de datos de los gobiernos y sobresalió que muchos de los asuntos modernos requieren una gobernanza que va más allá de los “decretos”, dijo Innerarity.
“La pandemia ha sido una puesta a prueba de si nuestro sistema de recolección de datos, de clasificación de contagios (…) estaba a la altura”, dijo el investigador.
A medida que se expande el uso de las herramientas tecnológicas en la sociedad y en los estados, gobernar es cada vez más “una cuestión alogrítimica”, dijo Innerarity.
“Hay muchos asuntos del mundo actual que requieren una gobernanza más compleja. No van a ser fácilmente gobernables con decretos de gobierno (…) van a exigir deliberación, sistemas inteligentes, medición, recogida de datos”, dijo el experto.
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