Un total de 13 personas han sido detenidas por la comisión de más de 600 hechos delictivos que afectaron a al menos 200 personas en toda España.
Como se informó en un comunicado de la Guardia Civil Este viernes 2 de junio los detenidos cometieron suplantación de identidad de ciudadanos mediante la falsificación de documentos personales mientras utilizaban más de 700 líneas telefónicas para cometer estafas en la obtención de créditos.
Los detenidos utilizaban fotos del DNI de las víctimas y nóminas falsificadas para obtener créditos personales con los que adquirían bienes que luego revendían.
La ‘Operación Ponus’ se saldó con la detención de 13 personas de entre 19 y 59 años, para un total de 629 hechos delictivos con al menos 209 víctimas en todo el territorio nacional.
Se les han imputado los delitos de estafa, falsedad documental, usurpación de identidad, revelación de secretos, apropiación indebida, contra la salud pública y pertenencia a grupo delictivo.
Agentes del @Equipo de la Guardia Civil descubrieron que existía un gran volumen de denuncias de estafas en las que los autores utilizaban el mismo modus operandi.
Los delincuentes, tras obtener una fotografía del DNI de sus víctimas, suplantaron su identidad y adquirieron productos a través de internet, financiándolos a su nombre.
Posteriormente, cuando recibían estos bienes, los revendían a través de aplicaciones y páginas de venta de artículos de segunda mano.
Dada la similitud de los hechos delictivos, se puso en marcha el operativo y se pusieron en práctica las diligencias de investigación para esclarecer las operaciones de los autores y esclarecer completamente sus identidades a fin de llevarlos ante la justicia.
Se pudo comprobar que los autores falsificaron boletas de pago y otros documentos que también se requieren para abrir cuentas bancarias y contratar líneas telefónicas.
Con ello consiguieron crear una red delictiva que afectó al menos a 209 víctimas que generaron deudas con diversas entidades de crédito y telefónicas y de las que los malhechores consiguieron obtener más de 1 millón de euros.
La Tesorería de la Seguridad Social examinó todas las nóminas y datos personales proporcionados por la policía. Gracias a este primer estudio, esta administración utilizó los mismos parámetros y logró identificar un número de afectados superior al que existía al principio, aclarando que el total de víctimas ascendía a 209.
Los afectados residían en todo el territorio nacional: Valencia, Castellón, Alicante, Canarias, Madrid, Ciudad Real, Santa Cruz de Tenerife, Granada, Córdoba, Segovia, Cuenca, Murcia, Gijón, Zaragoza, Teruel, Navarra, Baleares, Barcelona, Lleida, Sevilla, Bizkaia, A Coruña, Cantabria y Albacete.
Se diseñó un operativo conjunto que permitió esclarecer la identidad de los componentes del grupo delictivo y sus operaciones.
De esta forma, se pudo comprobar que el grupo disponía de células regionales operativas en otros puntos de España: Huelva, Valencia, Tarragona y Barcelona.
Estos grupos infiltraron a su personal en puestos estratégicos con los que obtener de sus víctimas la documentación necesaria para perpetrar los delitos.
Para la explotación de la operación se han realizado un total de siete registros en viviendas y uno en un establecimiento de las localidades valencianas de Játiva, Benetússer, Quart de Poblet, Hospitalet de Llobregat, San Pere de la Molanta y Valencia ciudad.
Cerca de 100 agentes de la Guardia Civil se desplegaron para realizar estos registros. Como resultado, se incautaron diversos documentos que acreditaban la comisión de los delitos investigados, además de los bienes que adquirieron con los créditos que solicitaron a nombre de las víctimas y que aún no habían vendido.
Durante los allanamientos también se decomisaron 10 kilogramos de marihuana, varias dosis de cocaína y balanzas de precisión.
Gracias a estos allanamientos, también se pudo averiguar que los jefes de las distintas células autonómicas tenían líderes que se coordinaban para cometer los delitos, trasladando a las Comunidades Autónomas para intentar entorpecer la labor policial.
Los integrantes de la organización cambiaban constantemente de casa, enviaban dinero al exterior y utilizaban más de 700 líneas telefónicas diferentes para comunicarse y delinquir.
Uno de los máximos jefes de la organización tenía 23 requerimientos judiciales de varios juzgados de toda España en contra de su nombre.
Otro de ellos, que también falsificaba recetas médicas para conseguir medicamentos con receta, intentó huir escondiéndose en un centro social ocupado ilegalmente. Fue detenido cuando iba en un vehículo que fue robado en 2022 y que se pudo recuperar.