Las estimaciones de que alrededor de un millón de personas podrían huir de Sudán para octubre pueden ser conservadoras y el conflicto allí corre el riesgo de aumentar el tráfico de personas y la propagación de armas en una región frágil, dijo el lunes el jefe de la agencia de la ONU para los refugiados.
Más de 350 000 personas ya han huido a través de las fronteras de Sudán desde que estalló la guerra entre el ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) el 15 de abril, y la mayoría se dirigió a Egipto, Chad y Sudán del Sur.
Más de 1 millón han sido desplazados dentro de Sudán, que tiene una población de 49 millones y donde los intensos combates han desgarrado las zonas residenciales de la capital, Jartum, y la violencia también ha estallado en la región occidental de Darfur.
ACNUR había previsto que unos 800.000 sudaneses y 200.000 personas de otras nacionalidades abandonaran Sudán en seis meses, dijo el director de la agencia para los refugiados, Filippo Grandi, en una entrevista en El Cairo después de una visita a la frontera con Sudán.
“Esta proyección, de que en los próximos meses llegaremos a estas cifras altas, puede ser incluso conservadora”, dijo.
“Al principio no creía que fuera a serlo, pero ahora empiezo a preocuparme”.
Las naciones que limitan con Sudán incluyen Sudán del Sur, República Centroafricana, Etiopía y Libia, todas afectadas por sus propios conflictos recientes.
El colapso de la ley y el orden en Sudán y “mucha gente desesperada por seguir adelante” proporcionaría un terreno fértil para el tráfico de personas, mientras que las armas que circulan a través de las fronteras podrían generar más violencia, dijo Grandi.
“Lo hemos visto en Libia con el Sahel. No queremos que se repita porque eso será un multiplicador de crisis y de problemas humanitarios”, dijo.
Las Naciones Unidas solicitaron 470 millones de dólares para su respuesta de refugiados a la crisis de Sudán durante seis meses, una cantidad que Grandi dijo que solo se financió en un 1%, y agregó que una conferencia de donantes era «muy necesaria» y que una comunidad internacional preocupada por Ucrania no estaba prestando suficiente atención.
“Se puede sentir claramente una disparidad que es muy peligrosa. Esta crisis tiene el potencial de desestabilizar una región entera y más allá tanto como lo hace Ucrania en Europa”, dijo.
Grandi dijo que ACNUR estaba tratando de establecer una presencia en la ciudad de Wadi Halfa, en el norte de Sudán, donde muchos hombres sudaneses de entre 16 y 50 años se han quedado atascados al solicitar visas para ingresar a Egipto, pero que no estaba seguro de cuándo sería posible. Las mujeres, los niños y los ancianos no necesitan visas.
También dijo que la ayuda debía entregarse en una zona de amortiguamiento entre los puestos fronterizos de Egipto y Sudán, donde los que huyen también han enfrentado largas esperas.
Desde que comenzó el conflicto, casi 160 000 personas han cruzado desde Sudán a Egipto, que ya albergaba una gran comunidad sudanesa.