Una nueva investigación ha confirmado que la afirmación comúnmente repetida de que el comercio ilícito de antigüedades es el tercer comercio ilícito más grande del mundo no está respaldada por pruebas.
Este factoide ha estado en circulación desde la década de 1970 y se repite regularmente en artículos académicos, prensa popular e incluso literatura política.
Como tal, los académicos, el público en general y los órganos legislativos han aceptado en gran medida que es cierto.
«La afirmación de que el comercio ilícito de antigüedades es el tercero más grande, superado solo por armas y narcóticos, se repite ampliamente», afirman los autores, pero «la afirmación no se basa en ninguna investigación o estadística original, y no se origina en ninguna autoridad competente».
Para descubrir los orígenes de este hecho, los doctores Donna Yates y Neil Brodie, del grupo de investigación Trafficking Culture, llevaron a cabo un examen sistemático de la literatura relacionada con la afirmación. Sus resultados se publican en la revista Antigüedad.
Los autores rastrearon el factoide hasta una nota en el Journal of Field Archaeology de 1974, en la que se afirmaba que el tráfico internacional de arte solo era superado por los narcóticos. A pesar de que esa declaración no fue corroborada con ninguna evidencia, otros la repitieron rápidamente.
En la década de 1980, este hecho se incrustó en la literatura académica y en la prensa popular. Más tarde pasó de estar en la lista como el segundo al tercer campo más grande de delincuencia internacional después de los narcóticos y las armas, nuevamente sin evidencia.
Es importante destacar que, desde entonces, la afirmación ha sido realizada por organizaciones internacionales influyentes como la UNESCO e Interpol. Como resultado, ha tenido un impacto en las organizaciones gubernamentales y los encargados de formular políticas.
«La comprensión y las políticas públicas deben basarse en pruebas, no en retórica», afirman los autores. «Solo se puede desarrollar una buena política a partir de una buena investigación; si se basa en hechos e información falsa, no puede tener éxito».
Los hechos sin fundamento no deben influir en la formulación de políticas de los principales organismos internacionales. Socava la importancia de los datos reales y potencialmente conduce a que se tomen medidas ineficaces contra el comercio ilícito de antigüedades.
También sienta un precedente peligroso para cuantificar los daños que causa la actividad delictiva.
«La idea de que la gravedad del delito debe medirse en términos comparativos a través del valor monetario en lugar de los daños a la sociedad es perturbadora», dicen los autores.
«Las antigüedades y otros objetos culturales son componentes fundamentales de nuestro patrimonio e identidad. No necesitamos calificar financieramente su comercio ilícito para hacer que los daños sociales sean más dañinos».
Más información:
Donna Yates et al, El comercio ilícito de antigüedades no es el tercer comercio ilícito más grande del mundo: una evaluación crítica de un factoide, Antigüedad (2023). DOI: 10.15184/aqy.2023.90
Citación: Los números no probados distraen del daño real del comercio ilícito de antigüedades, dice un estudio (22 de julio de 2023) consultado el 23 de julio de 2023 de https://phys.org/news/2023-07-unproven-distract-real-illicit-antiquities.html
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