Abuya, Nigeria-En Nigeria, una vibrante tradición nupcial en la que los invitados «rocían» dinero sobre los novios está amenazada debido a la renovada aplicación de una ley contra el mal manejo de la moneda nacional.
La Ley del Banco Central de Nigeria de 2007, que prohíbe rociar, bailar o marchar sobre la naira, prescribe penas que incluyen seis meses de prisión o una multa de 50.000 naira, o ambas.
Esta tradición, profundamente arraigada en la cultura nigeriana, simboliza el aprecio y el apoyo financiero a los recién casados.
Sin embargo, la Comisión de Delitos Económicos y Financieros (EFCC) ha intensificado su represión contra esta práctica, calificándola de irrespetuosa hacia uno de los símbolos más importantes del país.
Recientemente se ha procesado a figuras de alto perfil, incluidas celebridades y miembros de la alta sociedad, lo que ha llamado la atención generalizada sobre las acciones coercitivas.
Por ejemplo, la celebridad transgénero Bobrisky y la socialité Cubana Chief Priest enfrentaron acciones legales por rociar públicamente billetes de naira.
Algunos analistas consideran que la decisión del nuevo jefe de EFCC, Ola Olukoyede, de tomar medidas drásticas contra el abuso de naira es un esfuerzo por hacerse un nombre.
Sin embargo, esto ha provocado debates sobre tradiciones culturales versus estándares legales.
Mientras que algunos nigerianos ven la pulverización de dinero como una expresión inofensiva de alegría y generosidad, otros la ven como ostentosa y no refleja las realidades económicas del país.
Históricamente, la práctica comenzó en la década de 1940 como una forma discreta de ofrecer ayuda financiera a una pareja de recién casados y evolucionó hasta convertirse en una exhibición pública de riqueza y estatus.
A pesar de la represión, la práctica persiste en diversos eventos sociales, no sólo en bodas, lo que demuestra su lugar profundamente arraigado en la cultura nigeriana.
El enfoque de la EFCC en el abuso de naira ha llevado a un cambio de comportamiento en algunos eventos, con los asistentes ahora más cautelosos, optando a veces por dar dinero discretamente o evitar ser filmados mientras fumigan.
Sin embargo, la elite de Nigeria continúa eludiendo estas restricciones rociando divisas, que no están cubiertas por la ley.
Esta tensión constante entre tradición y derecho pone de relieve los desafíos más amplios de modernizar los marcos legales respetando al mismo tiempo las prácticas culturales.
Mientras Nigeria se enfrenta a cuestiones económicas y sociales más apremiantes, el debate sobre la fumigación con naira subraya cuestiones más profundas sobre la identidad, los valores y el papel de la tradición en la sociedad contemporánea.