en un nuevo informe publicado el viernes, el grupo de expertos de tres personas – quienes son designados por la ONU Consejo de Derechos Humanos – descubrieron que las autoridades han utilizado violencia física y psicológica, incluidas amenazas de intimidación, golpizas y confinamiento solitario prolongado contra estudiantes y profesores.
Algunos de estos casos podrían constituir tortura y involucran en gran medida a estudiantes y profesores que participaron en protestas antigubernamentales generalizadas en 2018 o a aquellos que han criticado públicamente al Gobierno del presidente Daniel Ortega.
Las universidades en Nicaragua han desempeñado durante mucho tiempo un papel histórico como espacios para el cambio social y la resistencia, que se remonta a la Revolución Sandinista de 1979, señalan los expertos.
En consecuencia, “el Gobierno de Nicaragua ha atacado directamente a las universidades como parte de una campaña represiva generalizada, eliminando su autonomía y convirtiéndolas en centros de control político,«, dijo Jan Simon, que preside el grupo, ninguno de los cuales recibe pago por su trabajo y que no son personal de la ONU.
Cierres, expulsiones
Entre 2021 y 2024, al menos 37 universidades y a las instituciones de educación superior –la mayoría de las cuales son conocidas por apoyar movimientos sociales– se les ha revocado su estatus legal bajo sanciones administrativas.
Estos cierres, subrayaron los expertos, son parte de una estrategia más amplia para impedir la oposición organizada y restringir la libertad académica.
Además, desde las protestas de 2018, se estima que cientos de estudiantes y profesores se han enfrentado a expulsiones o despidos arbitrarios por sus creencias políticas, pero los porcentajes específicos son desafiantes debido a la censura gubernamental y las restricciones de datos.
Reformas gubernamentales y control universitario
En 2022, el Gobierno introdujo reformas a través de la Ley 1114, que eliminó la autonomía universitaria, centralizando el control sobre las instituciones académicas.
Los expertos enfatizaron que esta reforma efectivamente colocó al gobierno a cargo de las finanzas, la administración y el plan de estudios de las instituciones académicas, socavando el pensamiento independiente y la libertad.
El informe también encontró que en las universidades que no han cerrado, los estudiantes y profesores considerados críticos del régimen ahora enfrentan barreras para obtener diplomas o expedientes académicos. Esto restringe no sólo su progresión educativa sino también sus futuras oportunidades laborales.
Llamado a la acción internacional
El Grupo de Expertos llamó a la comunidad internacional a instar al Estado de Nicaragua a restaurar la autonomía universitaria y garantizar la seguridad y la libertad de expresión en el ámbito académico.
“La comunidad académica merece espacios seguros y libres para expresar ideas y contribuir al desarrollo social del país, y estos derechos deben ser restablecidos con urgencia. Con estas acciones el Gobierno está poniendo en peligro el futuro del país”, destacó Simon.