La Galería Nacional de Londres reveló recientemente los frutos de una restauración de tres años de la obra de Piero della Francesca. Natividad (1475). Pero el esfuerzo por arreglar áreas de la pintura gravemente dañada ha recibido una respuesta poco entusiasta de algunos críticos notables, quienes han afirmado que la restauración fue fallida.
en un revisión recienteJonathan Jones, crítico de El guardiánllegó a decir que la Galería Nacional había «arruinado la Navidad» en su restauración «torpe y laboriosa, si no francamente cómica».
Sin embargo, una cosa está clara, y es que la pintura necesitaba urgentemente cuidados. Cuando la Galería Nacional adquirió por primera vez esta obra maestra del Renacimiento en 1874, la pintura tenía grietas en el panel. También se había limpiado demasiado, lo que resultó en el borrado casi completo de las cabezas de dos pastores en el fondo. El cuadro estaba en tan mal estado que el primer ministro de la época, Benjamin Disraeli, tuvo que defender la compra ante el Parlamento.
Los mayores cambios en la pintura son los pastores, que tuvieron que ser repintados casi por completo. Los restauradores dependieron de un dibujo subyacente que había hecho Piero. Las figuras se ven fuera de lugar en comparación con las demás, su piel es de un color oscuro, casi anaranjado. El enlucido de un muro de piedra, moteado con la luz del techo roto, perdió parte de su delicadeza original.
Otro problema que algunos tomaron con la restauración fue la inclusión de un nuevo marco. La pintura había estado una vez en un marco de altar dorado adornado. Los restauradores, tras realizar una investigación, descubrieron que el cuadro había sido realizado para decorar un espacio doméstico, quizás la casa del propio Piero, y colocaron el cuadro en un marco de la época que se habría visto en una vivienda, en contraposición a un iglesia. El nuevo marco está hecho de nogal oscuro, con un patrón simple.
Los restauradores, a pesar de lo que muchos sienten por los resultados, tenían un gran respeto por la pintura y su tarea.
“Pasar los últimos tres años con esta pintura tan querida ha sido un verdadero privilegio, pero también una gran responsabilidad”, dijo en un comunicado Jill Dunkerton, restauradora principal de la Galería Nacional. “Cada decisión, cada pequeña pincelada de retoque, afecta nuestra percepción de su apariencia y significado, posiblemente por muchas generaciones. Espero que los visitantes ahora puedan experimentar su magia silenciosa sin la distracción del daño pasado”.