Lagos, Nigeria (TAE) – En un importante acontecimiento jurídico el martes, un tribunal nigeriano dictó la pena de muerte a un ciudadano chino, Frank Geng-Quangrong, tras declararlo culpable del asesinato de su novia. Esta decisión, anunciada por un funcionario del gobierno a The Associated Press, subraya el estricto cumplimiento de Nigeria de su sistema legal, independientemente de la nacionalidad del acusado.
Frank Geng-Quangrong, que se había declarado inocente, se enfrentaba a un juicio en el núcleo económico del estado de Kano, en el norte de Nigeria. La condena fue anunciada por el comisionado de Justicia de Kano, Haruna Dederi, quien destacó el caso como un mensaje claro a todas las personas que ingresan al país para que respeten sus leyes sin excepción.
La gravedad de la sentencia refleja la postura de Nigeria respecto de los delitos capitales, que a menudo culminan con la pena de muerte. Este enfoque se aplica tanto a los ciudadanos locales como a los extranjeros, como lo demuestra una sentencia similar dictada a un ciudadano danés en 2022 por el asesinato de su esposa e hija. A pesar de ello, las ejecuciones siguen siendo poco comunes en Nigeria debido al requisito de aprobación de los gobernadores estatales. Desde 1999, sólo se han firmado dos órdenes de ejecución, lo que pone de relieve la compleja interacción entre las sentencias judiciales y su ejecución final.
Geng-Quangrong fue acusado de apuñalar a su novia de 22 años, Ummukulsum Sani, en septiembre de 2022 en una residencia de Kano. En su defensa, los medios locales lo citaron afirmando que el acto fue en defensa propia. Sin embargo, esta defensa no influyó en la decisión del tribunal.
Tras este veredicto, Geng-Quangrong tiene un plazo de tres meses para apelar la sentencia ante el Tribunal de Apelaciones de Nigeria. Este caso no sólo llama la atención sobre los procedimientos legales dentro de Nigeria sino también sobre las implicaciones más amplias de cómo se hace justicia y la rareza de la ejecución en casos de delitos capitales.