Las relaciones suelen desmoronarse durante los meses de invierno, y las rupturas alcanzan su punto máximo a mediados de marzo.
Por lo tanto, este puede ser un buen momento para que muchas personas se consuelen con instantáneas del dolor de otras personas.
Arte conceptual en Croacia
Croacia es reconocida desde hace tiempo como un terreno fértil para el arte conceptual y también se está convirtiendo en una autoridad mundial en museos extravagantes. El país alberga el Museo de las Ilusiones de Froggyland, el Museo de los Hongos, el Museo de las Resacas, el recientemente inaugurado Museo de las Noticias Falsas y uno que ha recorrido el mundo: el Museo de las Relaciones Rotas en Zagreb.
Fundado por los artistas croatas Olinka Vištica y Dražen Grubišić casi sin darse cuenta después de su separación en 2006, el museo comenzó como su propio proceso de curación para explorar sus restos emocionales. Los objetos que alberga son un retrato de las secuelas del amor, invitando a los visitantes a confrontar sus propias experiencias de dolor y curación.
A medida que la colección viajó por el mundo para exhibirse en las principales galerías, recogió más historias de amor y pérdida a lo largo del camino. También inspiró la fundación de museos similares en otras ciudades, como Los Ángeles y Bruselas.
Desde Tokio y Denver hasta Ljubljana, las exhibiciones narran las historias agridulces detrás de objetos aparentemente mundanos, como una tostadora de Colorado o un «enano del día del divorcio» con la cara destrozada de Eslovenia.
¿Tostadora rota o relación rota?
Textos breves en el museo explican los objetos: la Tostadora de Denver, Colorado, representa una relación de 2006 a 2010:
“Cuando me mudé y recorrí el país, llevé la tostadora. Eso te lo mostrará. ¿Cómo vas a brindar algo ahora?
Día del divorcio enano loco
El “enano loco del día del divorcio” resume una relación de 20 años en Ljubljana, Eslovenia:
“Llegó en un auto nuevo. Arrogante y desalmado. El enano estaba cerrando la puerta que él mismo había destruido hacía algún tiempo. En ese momento voló hacia el parabrisas del coche nuevo, rebotó y aterrizó en la superficie de asfalto. Fue un bucle largo, que dibujó un arco de tiempo, y este arco corto, largo, definió el fin del amor”.
Ver los restos y los desechos en el museo eleva la ruptura y lo hace parecer conmovedoramente divertido, lo que permite a los visitantes identificar y obtener una perspectiva de la universalidad de su propio sufrimiento.
Más que un simple depósito de reliquias de relaciones fallidas, el museo encarna el poder transformador del arte y proporciona una plataforma para la catarsis emocional y la introspección. Al alentar a las personas a donar artículos de sus relaciones pasadas, el museo fomenta el cierre y la curación comunitaria, transformando la angustia personal en experiencias compartidas de empatía y comprensión.