La UEFA condenó el viernes el acoso del árbitro de la final de la Europa League, Anthony Taylor, y su familia por parte de los hinchas de la Roma, mientras que el entrenador del club de la Serie A, José Mourinho, fue acusado de usar lenguaje abusivo contra un árbitro.
Taylor fue objeto de escrutinio tras la derrota de la Roma en la tanda de penaltis ante el Sevilla en la final del miércoles.
El partido estuvo irritable con Taylor repartiendo 14 tarjetas amarillas, la mayor cantidad en un partido de la Europa League, y jugando casi 30 minutos de descuento en total.
El día después del partido, circularon videos en las redes sociales que mostraban al árbitro inglés Taylor y su familia siendo acosados por hinchas de la Roma en el aeropuerto de Budapest.
En el video, se podía ver a los fanáticos de la Roma abusando de Taylor, de 44 años, y su familia, quienes requirieron protección de la seguridad del aeropuerto mientras buscaban refugio en un área segura.
«La UEFA condena con vehemencia el comportamiento violento dirigido hacia su árbitro Anthony Taylor y su familia. Tales acciones son inaceptables y socavan el espíritu de juego limpio y respeto que defiende la UEFA», dijo la UEFA en un comunicado.
«La UEFA mantiene una estrecha colaboración con la policía local y la seguridad del aeropuerto desde la llegada de los árbitros a las ciudades anfitrionas.
«Sin embargo, nos esforzamos constantemente para mejorar las medidas de seguridad de los funcionarios en coordinación con las autoridades locales. Evaluaremos cuidadosamente los incidentes e incorporaremos información valiosa en nuestros futuros procesos de planificación de eventos».
Como parte de los procedimientos disciplinarios posteriores a la final, el organismo rector del fútbol europeo acusó el viernes a Mourinho, quien fue filmado gritando improperios a los oficiales fuera del Puskas Arena.
El entrenador portugués criticó el arbitraje en comentarios posteriores al partido y dijo que «fue un partido intenso, masculino y vibrante con un árbitro que parecía español. Fue amarillo, amarillo, amarillo todo el tiempo».
Los simpatizantes de ambos equipos también han sido acusados de encender fuegos artificiales y arrojar objetos, mientras que los hinchas de la Roma habrían cometido actos de daño junto con otros disturbios de la multitud.
El Sevilla también ha sido acusado por una invasión del campo por parte de sus seguidores, que corrieron al campo después de que Gonzalo Montiel disparara a puerta el penalti ganador.