ISLAMABAD: El parlamento de Pakistán aceptó una moción de censura presentada por los legisladores de la oposición el lunes (28 de marzo) en un intento por destituir al primer ministro Imran Khan, empujando a la nación del sur de Asia más cerca de la agitación política.
La cámara comenzará un debate sobre la moción el jueves y se realizará una votación dentro de siete días.
«El primer ministro deja de ocupar su cargo después de haber perdido la confianza de esta cámara», dijo el líder de la oposición Shehbaz Sharif, leyendo la moción de censura transmitida en vivo por televisión.
La medida se produce cuando Pakistán se enfrenta a una crisis económica recurrente, con el gobierno de Khan apostando por el Fondo Monetario Internacional para liberar el próximo tramo de un paquete de rescate de 6.000 millones de dólares para apuntalar las menguantes reservas de divisas.
Khan, de 69 años, excapitán del equipo nacional de cricket de Pakistán, perdió la mayoría parlamentaria con una serie de deserciones de su partido, y una oposición unida le pide que renuncie. Ha prometido luchar para quedarse.
Khan ha culpado a una conspiración financiada con fondos extranjeros por tratar de derrocar a su gobierno. China es un partidario desde hace mucho tiempo y Pakistán, un aliado tradicional de Occidente, se abstuvo de votar cuando la Asamblea General de la ONU reprendió abrumadoramente a Rusia por invadir Ucrania.
Casi 20 deserciones en el partido gobernante de Khan y grietas en sus socios de coalición le han impedido alcanzar los 172 votos, una mayoría simple, necesarios para mantenerse en el poder.
Para tratar de sobrevivir, el gobierno anunció que otorgaría el puesto de primer ministro de la provincia más grande del país, Punjab, a uno de sus socios de coalición.
Pero otro partido de la coalición gobernante decidió unirse a la oposición, fortaleciendo a la oposición con 168 votos.
La oposición y los analistas dicen que el primer ministro se ha peleado con los poderosos militares, que en su mayoría determinan quién gobernará, una acusación que tanto Khan como los militares niegan.