Un grupo de ministros ecuatorianos se instalaron el miércoles en una reunión multisectorial con la decisión de atender las exigencias de los indígenas y organizaciones sociales que, al ser ignoradas, desencadenaron violentas protestas que durante 18 días virtualmente paralizaron al país.
En una rueda de prensa, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, dijo que el gobierno se enfrentó a los temas que preocupan a sectores desatendidos de la población. Añadió que la solución de problemas participarán las diferentes carteras del Estado.
En la reunión los ministros tienen previsto abordar temas operativos y de metodología. El inicio de los diálogos entre representantes de los dos sectores están previstos para el jueves, cuando empezarán a delinear la metodología de trabajo con que se abordarán los pedidos. La cita contará con el apoyo de universidades y la Conferencia Episcopal, entre otros.
Entre el 13 y 30 de junio la Confederación de Nacionalidades Indígenas, la mayor de su tipo, lideró una violenta protesta que virtualmente paralizó el país en demanda de la reducción de los precios de los combustibles, que el gobierno ya redujo de 2,55 dólares al galón a 2,40 dólares, mayor presupuesto para la salud y educación y la fijación de precios de productos agropecuarios.
Las manifestaciones se caracterizaron por los férreos bloqueos de carreteras, incluida la Panamericana, que ubicaron algunas ciudades donde no ingresaban alimentos, gasolina, gas y medicamentos, entre otros.
A finales de la semana pasada, el gobierno y los indigenas suscribieron un acuerdo en el que las autoridades se comprometieron a atender en un plazo de 90 días, aparte de las señaladas, otras siete demandas.
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