Cientos de millas de estudiantes y opositores al presidente Javier Milei salieron el miércoles a las calles de las principales ciudades de Argentina para desafiar el feroz ajuste del gasto que el Gobierno aplicó sobre las universidades públicas.
En abril, una protesta similar con cientos de millas de manifestantes obligó a Milei a rever el recorte del presupuesto universitario, aunque las autoridades de las prestigiosas casas de estudio -mayormente gratuitas en Argentina- afirmaron que el Gobierno no cumplió después con la mejora prometida.
La convocatoria a la protesta se realizó luego de que la gestión de la derecha radical de Milei dijera que vetará una ley aprobada hace semanas por el Congreso para garantizar el financiamiento universitario en el contexto de una crisis económica con una inflación anual del 236,7 %. .
Tras la movilización, un comunicado de la Oficina del Presidente en la red social X dijo que «el Presidente Javier Milei vetará el irresponsable proyecto de aumento del gasto público de las Universidades Nacionales, aprobado por el Congreso, así como cualquier otro proyecto que no contemple una partida presupuestaria especifica y atente contra el equilibrio fiscal».
La publicación apuntó contra los legisladores y políticos, y reafirmó su compromiso con las Universidades Nacionales.
«El Gobierno tiene un plan sistemático, metódico y gradual para la destrucción de la educación pública», señaló a través de un comunicado Ricardo Gelpi, el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la más grande del país.
La UBA se ubica entre las 100 mejores del mundo, según el ranking QS, y tiene 110 carreras de grado, seis colegios secundarios y cinco hospitales públicos, cuyo funcionamiento se ha visto afectado desde el recorte en términos reales aplicado por Milei tras asumir en diciembre .
«La universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia», reza el documento final que fue leído a la multitud por Piera Fernández, titular de la Federación Universitaria Argentina (FUA).
«Los estudiantes le pedimos, en un grito de auxilio para salvar el sistema: ¡Promulgue la ley de financiamiento universitario!», dice el escrito y señala que «es un error entender como un gasto y no como una inversión lo que el Estado destina a educación, universidades y desarrollo científico».
El equilibrio fiscal es la base del plan económico de Milei, aunque sus opositores critican que el ajuste no ha sido cuidadoso ni equitativo y acabó perjudicando a las capas más vulnerables de la sociedad y sectores sensibles como la salud y la educación.
«Los problemas los veríamos en el corto plazo pero también es una cuestión de largo plazo porque hoy cierra la UBA (Universidad de Buenos Aires) o cierran las universidades públicas y el problema también lo tenés en diez años cuando no tengas esa masa laboral que necesitás para sacar a la economía adelante», dijo Santiago Fernández, estudiante de 23 años de la UBA.
El Gobierno ha repetido este año que las universidades públicas son sitios de adoctrinamiento «socialista» para justificar la reducción presupuestaria, aunque ha encontrado una amplia resistencia social por el reconocimiento que las casas de altos estudios tienen entre los argentinos.
«Nunca se desfinanció la educación universitaria pública. El compromiso del Gobierno con la universidad pública se ha mantenido firme; simplemente se exigió claridad en la gestión de los recursos que se transfirieron», dijo el Ministerio de Capital Humano a través de un comunicado. «La marcha es política».
Según la UBA -de donde egresaron cinco premios Nobel-, los salarios de docentes y no docentes universitarios han sufrido una pérdida del orden del 40% de su valor adquisitivo desde el mes de diciembre, «cifra que continúa deteriorándose aún más en la actualidad» para quedar debajo de la línea de pobreza.
«Si esta ley se llegara a vetar las consecuencias, la verdad, serán muy graves porque estamos hablando de que no estaría garantizado el sueldo de nuestros docentes y no docentes y de (…) todas las actividades de extensión e investigación que son fundamentales para el funcionamiento de la universidad. Así que esperemos que no suceda», dijo Florencia Rivero Licenciada y docente de la UBA.
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