La crisis inmobiliaria tiene sus raíces en una escasez crónica de viviendas sociales y asequibles, una situación empeorada por los extranjeros ricos que se mudan a Portugal con la promesa de exenciones fiscales.
Miles de personas han protestado en ciudades de todo Portugal contra los precios inasequibles de la vivienda y el aumento de los costos de alquiler, y muchos afirman que los precios los han excluido del mercado inmobiliario.
Los manifestantes marcharon con pancartas con lemas como «Nuestros barrios no son asunto tuyo» y «Tengo que elegir entre pagar una casa o comer».
La crisis inmobiliaria tiene sus raíces en una escasez crónica de viviendas sociales y asequibles, una situación empeorada por los extranjeros ricos que se mudan a Portugal con la promesa de exenciones fiscales.
El auge del turismo también ha provocado un aumento de los alquileres vacacionales a corto plazo, lo que ha ejercido una mayor presión sobre el mercado inmobiliario para los locales.
«El problema de la vivienda es un problema que existe desde hace muchos años en nuestro país y que ahora está llegando a una situación que es más que insoportable», afirmó un manifestante en Oporto.
El gobierno de coalición de centroderecha de Portugal, encabezado por el primer ministro Luís Montenegro e integrado por el Partido Socialdemócrata y el CDS-Partido Popular, anunció un paquete de 2.000 millones de euros para construir 33.000 viviendas de aquí a 2030, pero muchos manifestantes dudan de que puedan para entregar.
«Dígale al gobierno que es necesario tomar medidas para bajar el precio de la vivienda y poner primero la vida de quienes viven y trabajan en nuestro país y necesitan un techo para que esto suceda con calidad», dijo André Escoval, del Movimiento por el derecho a la vivienda, Porta a Porta.
En su declaración de misión en línea, Porta a Porta dice que la crisis inmobiliaria de Portugal no es temporal, sino más bien «crónica y estructural».
Entre 2020 y 2021, los precios de la vivienda en Portugal se dispararon un 157%.
De 2015 a 2021, los alquileres aumentaron un 112%, según la agencia de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat.
Portugal es uno de los países más pobres de Europa occidental y durante mucho tiempo ha buscado invertir gracias a una economía de bajos salarios.
Poco más de la mitad de los trabajadores portugueses ganaron menos de 1.000 euros al mes, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo para 2022.