El presidente argentino Javier Milei inició una gira por Estados Unidos, donde se reunirá con el multimillonario Elon Musk mientras su gobierno busca una inyección de efectivo para reactivar la asediada economía de su país.
El mandatario inició su gira de cuatro días en Miami, ciudad en la que vive el astro argentino Lionel Messi y radica una de las mayores poblaciones de argentinos en Estados Unidos. Allí recibirá un homenaje por parte de la secta Jabad-Lubavitch del judaísmo jasídico en una sinagoga local. Milei se entrevistará con Musk el viernes en Texas, señaló su portavoz, donde también recorrerá una planta de Tesla, la compañía de autos eléctricos del empresario.
Milei realiza su tercer viaje a Estados Unidos en apenas cuatro meses en la presidencia, en un momento en que reestructura la política exterior de Argentina para que sea acorde con la de Washington. Acompañado la semana pasada de la general Laura Richardson, jefa del Comando sur de Estados Unidos, en el extremo meridional de Sudamérica, Milei prometió reforzar la “alianza estratégica” entre ambas naciones, poniendo de relieve cómo considera que el apoyo estadounidense es vital para la reforma económica en la que se ha basado su mandato.
“Aprovechamos la oportunidad para presentar una nueva Doctrina de Política Exterior para la Argentina”, escribió Milei el miércoles en la red social X sobre su encuentro con Richardson. En la misma publicación, aparentemente dirigida a Musk —autoproclamado absolutista de la libertad de expresión—, el mandatario argentino dijo que él promueve “una verdadera libertad de expresión” y se arremetió contra los periodistas que critican a su gobierno, señalando que “nadie puede evitar que hablemos”.
“No nos vamos a quedar callados frente a las operaciones, la mentira, la calumnia, la injuria o la difamación”, añadió.
El plan de Milei de reducir el gasto público ha encontrado una férrea resistencia en un país en el que la inflación anual alcanzó el 276 %. El miércoles, la policía dispersó por la fuerza a manifestantes antigubernamentales que bloquearon una importante avenida de Buenos Aires.
Estados Unidos, el mayor inversionista en Argentina, también tiene la mayor influencia en el Fondo Monetario Internacional, al que el país sudamericano le debe 42.000 millones de dólares. El FMI ha respaldado las medidas extremas de Milei para Argentina, y acordó desembolsar 4.700 millones de dólares de un paquete de rescate que el país obtuvo hace seis años.
El informe del Departamento de Estado de Estados Unidos el año pasado sobre el ambiente de inversión mencionó “los controles de capital, las restricciones comerciales y los controles de precios” como factores que perjudican a los inversionistas en Argentina. Milei ha prometido revertir estas políticas intervencionistas con cambios orientados al mercado y que son preferidos por ejecutivos empresariales como Musk, uno de los hombres más ricos del mundo y director de la compañía de cohetes SpaceX, la automotriz Tesla y X, que adquirió en 2022 cuando Aún se llamaba Twitter.
Milei y Musk —ambos con una personalidad desenvuelta y aversión hacia la excesiva intervención gubernamental— han expresado admiración mutua. Antes de su investidura en diciembre pasado, Milei elogió a Musk como un “ícono de libertad”. Musk quedó fascinado con el discurso de Milei en el que arremetió contra el socialismo en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, y publicó que fue “muy excitante”, acompañando esa frase con un meme de una pareja que sostenía relaciones sexuales mientras veían a Milei.
Esto es un marcado contraste con la tensa relación entre Musk y las autoridades brasileñas, quienes amenazan con imponer regulaciones a las plataformas de redes sociales y esta semana acusaron a Musk de obstrucción.
Con sus enormes reservas de minerales, Argentina tiene mucho que ofrecerle a Musk, un personaje destacado en la industria automotriz que se refiere al litio —mineral indispensable en la fabricación de las baterías de los autos eléctricos— como “el nuevo petróleo”.
Las políticas de libre mercado de Milei han generado esperanzas en Estados Unidos de que ese mineral y otras materias primas sumamente codiciadas puedan extraerse de lugares más cercanos al país norteamericano, amenazando el dominio de China en la cadena de suministros de baterías. El gobierno del presidente Joe Biden dijo hace unos meses que explora oportunidades de inversión en torno al litio argentino.
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